martes, agosto 22, 2006

Fluctuat Nec Mergitur

Es la divisa de la Ciudad de París: “floto pero no me hundo” (París es representada desde la edad media por un barco, no sé por qué…). ¡Qué buena elección! Hace 3 semanas que llueve sin parar (aunque hoy parece que el tiempo ha decidido hacerse un poco más sonriente). ¡Qué asco de tiempo! ¡Qué mes de agosto más podrido! Yo ya me imaginaba que con el calentamiento global, poco a poco íbamos a tener veranos saharianos. ¡Qué desilusión! Este año, es como pasar el verano en Inglaterra.

Porque además no hace calor: 20 grados como máximo. Hibernamos. Por eso actualizo tan poco este blog. Cada día me duermo frente a la pantalla en vez de actualizar. Hojeo virtualmente los periódicos electrónicos: la guerra en Liban para asquearme un poco en la humanidad, la desaparición súbita de Francia del escenario internacional a la hora de enviar soldados de verdad a la Finul y no sólo palabras en la ONU, los futuros candidatos para las elecciones del presidente de la república francesa en 2007 que hablan mucho y descubren los nuevos medios de comunicación pero siguen sin proponer ningún programa político (si sólo supieran cantar o bailar, tendríamos una razón para votar, pero ni siquiera…), los bosques gallegos que se queman, el litoral murciano que desaparece progresivamente bajo los edificios y el asfalto, las olas de africanos que llegan a Canarias… nada que me ayude a despertar ni a alentarme.

Menos mal que esta semana muchos amigos vuelvan de vacaciones, ¡vamos a poder reanudar con las fiestas!

Hablando de fiesta, la del sábado estuvo muy bien. Cenamos en casa de Lalo y Jens. Jens es dueño de un pequeño restaurante y se nota: nunca más podremos volver a invitarlos a cenar en casa después de una cena tan maravillosa. Y tan regada por todos tipos de alcoholes: vodka, vino, Jägermeister (un licor alemán de hierbas, mucho, mucho…). Cena multilingüe medio en español (con los mexicanos Lalo, y sus amigos que habían venido a visitarlo “la Michèle” y “Robustina”…) medio en francés (con Jens, porque mi alemán es escaso, sobre todo cuando he bebido, y Robin no sabe más que “O Tannenbaum!”). Coger el último metro con los mexicanos para ir al Marais a seguir tomando copas en un primer local (ambiente chuequil, 3mm cuadrados de espacio vital por persona, música francesa hortera), luego un segundo (tecno-house y pastilleros) de donde nos echaron a las 2 y pico, luego a un tercero, donde la Michèle y Lalo nos obligaron a quitarnos la camiseta para bailar (ya íbamos bastante empapados), y finalmente los dejamos cuando decidieron acabar la noche en el Queen. Pasamos todo el domingo en casa, con una hacha en la frente, y mareados hasta las 10 de la noche. ¡Yirk! Será el jägermeister este.

¡Y sólo quedan 2 semanas antes de las vacaciones a Marrakech!

viernes, agosto 11, 2006

Interrupción momentánea

Durante 4 o 5 días no voy a actualizar. Nos vamos a pasar estos días en la casa de los abuelos de Robin, en el este de Francia. Y creo que nos lo merecemos y lo necesitamos. Algo de descanso, sin nada especial que hacer, sin ninguna responsabilidad (excepto la de no comer demasiado para no volver con la dieta arruinada), en mitad del campo. Además, es el mejor periodo para ir porque en agosto es cuando maduran las “mirabelles” (que son una raza de ciruelas que sólo crecen en esta región y me vuelven medio loco), y los abuelos de Robin tienen huertas de mirabelles ¡y nos vamos a hacer reventar la barriga!

El evento principal del fin de, tal como lo tenemos previsto, será ir a pasar un día a Alemania, a 200 km, en un macro parque de atracciones. No es algo soso como Eurodisney. Está lleno de atracciones de alta velocidad, ¡yuhu! Cogeremos el coche de los abuelos de Robin y los llevaremos allí con nosotros. Así nos lo pidió el abuelo hace unos meses. No es que le molen tanto las atracciones de alta velocidad, pero creo que es algo de recuerdos, y porque le encanta la comida alemana (comeremos salchichas grasientas con salsas extrañas y patatas, y beberemos mucha cerveza).

Mientras tanto, dejaremos algunos temas pendientes, con lo cual habrá bastante suspense a la vuelta. Lista desordenada de temas pendientes:
  • ¿cómo saldrá la primera cita de Vassilis con el chico de gaydar?
  • ¿Sexylia actualizará su blog?
  • ¿Casimiro llamará a Vassilis para ir a tomar el aperitivo juntos?
  • ¿Habrán arreglado el ascensor en nuestro edificio?
  • ¿Israel dejará los libaneses tranquilos?

miércoles, agosto 09, 2006

Yaoi

No, no es el grito de guerra de un ejecutivo japonés volviendo a sus raíces samurai antes de hacerse harakiri tras una OPA salvaje sobre la empresa a la cual ha dedicado su vida. Pero sí es un fenómeno japonés muy extraño (como muchos de los comportamientos de los japoneses, se quedan definitivamente detrás de una frontera que les separa del resto de la humanidad para siempre) y que está cogiendo fuerza poco a poco en Europa (más bien en Francia, que siempre ha tenido extraños vínculos y similitudes con Japón).

Es un nuevo género artístico encompasando los mangas (formato tebeos), la pintura y la literatura, en que se trata de historias de amor entre chicos. Pero no es sólo una forma más de arte gay: ¡lo muy peculiar del yaoi es que las obras son escritas/dibujadas/pintadas por y para chicas! También estás muy vinculado con el movimiento fanzine (los aficionados produciendo obras para otros aficionados, en plan “escribo una historia de Harry Potter que ocurre al margen de la serie oficial de libros”).

No sé de dónde les viene esta fascinación para las historias de amor gay (que pueden llegar a incluir temas bastante eróticos y calientes (ar yaoi, al contrario del shonen-ai que es mucho más platónico). ¿Serán una red planetaria de mariliendres que han decidido asumir sus fantasias? O ¿una fijación maternal perversa? O tal vez ¿una forma de contarse historias en que puedan asumir a la vez su deseo de ser hombres mientras conservan su atracción natural para los hombres? No sé, seguro que hay gente por allí que escriben tesis de psicología sobre el tema, pero de momento no hay más aclaración, y son todas suposiciones mías.

Intrigado por el tema, he buscado un poco en Internet y he encontrado un par de sitios franceses, y me he leído un par de historias estas, escritas por chicas y para chicas. Y me ha impactado mucho porque (aunque a menudo bastante mal escrito) me ha hecho vibrar. Escriben exactamente lo que yo hubiera podido escribir cuando era adolescente. Estas chicas han conseguido pillar lo que creo que son las fantasías originales de los maricones. Las de la época antes de que nos amargáramos. Las de cuando nuestras fantasías sexuales era indisolubles de nuestros sentimientos. Cuando podíamos esperar semanas, meses, años (o toda la vida) antes de poder acostarnos con el chico de quien nos habíamos enamorado, y que mientras tanto, multiplicábamos las oportunidades de estar cerca de él, de rozarlo sin atrevernos a decirle algo, pero cuando su mera presencia, el calor difundido por su cuerpo, su olor convertían nuestra sangre en lava y nos vaciaba la cabeza como el primer cigarillo.

Y me he preguntado por qué los gays (hablo en general) abandonan esta concepción, estos sueños y fantasías tan pronto. Puede ser que sea porque sufrieron de tanto amar a chicos con quienes nunca ocurrió nada, o porque los con quienes ocurrió algo los putearon. O puede ser que se cansaran de tanto esperar para obtener sexo en concreto y decidieron separar el físico y el sentimental. Pero si lo pensamos un par de minutos, qué sosas las aventuras, los rollos de una noche de “los gays adultos” (no los niñatos de 16 años que aún creen en el amor), comparadas con la ola irresistible mezclada de enamoramiento y excitación sexual que describen estas chicas, esta ola que todos sentíamos hace unos años.

Yo, gracias a Dios, he tenido la suerte de encontrar a Robin quien me enseñó otra vez como sentir y como volver a creer en las historias de amor de mi infancia. Creo que nunca la expresión "principe azúl" ha sido tan justificada: guapo, leal, fuerte, valoroso y con estos ojos azulísimos que me matan (oye ¿se nota que estoy enamorado?).

Mi propuesta: que todos los gays lean un par de libros yaoi e intenten acordarse :-)

martes, agosto 08, 2006

Bis Repetita

En respuesta a los numerosos mensajes de nuestros fans ansiados y reclamando una actualización ya, vuelvo a tomar el post que empecé el viernes pasado y que me olvidé de poner, porque me entró un marrón de ultima hora y que a las 6 y pico decidí pirarme dejando todo tal como estaba en el ordenador.

En este post del viernes, comentaba que el fin de estaba llegando y que estaba seguro que fuerais a salir con los amigos, a comer mucho, a beber mucho alcohol, a salir de discoteca hasta las tantas, bebiendo y fumando y seguro que tomando cosas más o menos legales, sí sí sí, os conozco ahora…

¿Por cierto, os conté esta historia que nos pasó cuando aún vivíamos en Madrid? Un amigo nuestro había conseguido tras haber insistido mucho que le acompañáramos al Space un domingo por la tarde. Nos decía: “ya veréis, el ambiente es muy bueno, y hay buena música [a mí me importa un pimiento, que me pongas Red Hot Chili Peppers o El Misterio de las Voces Bulgares me gusta igual, la única excepción siendo Madonna que me provoca gases], y está lleno de chicos buenos”. Y bueno, allí nos fuimos con él, con esta extraña sensación de perversión total por beber un gin tonic tan pronto. Pasado un rato (resumo) Robin me dice “¡Mira, qué éxito tienes con este chico guapo!”. Me doy la vuelta y veo a un jovencito rubio muy mono que baila (¿se sacuda repetidamente?) a mi lado mirándome fijamente. Me vuelvo hacía Robin para comentarle que es muy alentador y todo. Me doy otra vuelta, y el nene empieza a sonreírme (¡guay!), se ensancha su sonrisa, se ensancha más y más (¿será posible?) y de repente empieza a babear (¡arglllll!). “Pastillero”, nos comenta nuestro amigo con tono de confidencias. ¡Ya te creo! ¡Qué ajco, por Dios!

Pues eso, que seguro que ibais a ser malos durante el fin de, quería enseñaros estos anuncios que me ha pasado una compañera, en manera de deciros "¡Sed malos!" jajaja

Mirad este, este y este, que parece que ya no tengo espacio para subir fotos al blogger.

Ahora bien. ¿Qué ha sido de nuestro fin de? Pues, hemos tenido a mis padres 2 días en casa (sabiendo que nuestra casa es un estudio de 35 m2, ha significado dejárselo e ir nosotros a dormir a casa de la mama de Robin el sábado). Era la primera vez que volvían a París en un año, después del tratamiento del cáncer de la mama de mi mama (lo siento, es muy de mal gusto, pero no puedo resistir…) ¡Y hemos podido notar qué bien se había recuperado! Ha vuelto a encontrar toda su energía para hacer caprichos, para montar planes dramáticos, para hacer la víctima, y sobre todo, para intentar fagocitarme en una relación de fusión al borde de la psicopatía. No (Robin, digo esto para tranquilizarte), no me parece normal que mi madre quiera andar siempre cogiéndome de la mano (me da la sensación de pasear con una niña de 8 años padeciendo progería). Ni que nos llamen al teléfono a las 9.30 de la mañana el domingo para decir que “están listos” (i.e. darnos la orden que lleguemos ya). Ni que decidan que sí, tenemos que beber vino en este momento, y no cerveza en este otro. Ni que hagan bromas racistas en voz alta cuando hay turistas al lado. Pero creo haberlo intentado todo, y no veo manera bien clara de hacer cambiar las cosas…

Lo divertido fue el sábado, cuando la madre de Robin invitó a mis padres a tomar el aperitivo en su casa, así que hicimos un "aperitivo de suegros". La madre de Robin que es enfermera abordó el tema del cáncer de mi madre y fue el tema de la charla familiar, mientras nosotros con la cuñada de Robin que es tailandesa intercambiamos recetas tailandesas para probar con nuestro nuevo y fantastico Rice Cooker... por cierto desde que lo tenemos ya comemos solo platos asiáticos, nos encantaaaa :-)

En fin. Finalmente dejamos a mis padres el domingo en la estación de tren de Montparnasse, y para desagobiarnos, nos fuimos a La Villette para el cine al aire (sin saber muy bien de qué iba la peli). Sólo queríamos aprovechar estar los 2 solos, y hacernos una cena-picnic romántica (a base de todos los restos que quedaban en la nevera). Robin fue mi héroe total cuando se fue a comprar “chocolaterapia” de Ben&Jerry’s en la tienda del parque (helados de chocolate negro, y de nueces). La peli era una vieja del 1932 sin interés. Lo divertido era estar los 2 medio borrachos (gracias al tinto portugués) y abrazados bajo una mantita, con las estrellas encima.

Y por acabar, quería comentar que anoche vimos otra peli, en casa, prestada por una compañera: “The Pillow Book” de Peter Greenaway. Ya la había visto 2 veces, pero hacía mucho tiempo, y la perspectiva de ver a Ewan McGregor en bolas, medio empalmándose, daba mucho de sí. Había olvidado un poco hasta qué punto los japoneses pueden ser chiflados… También me he dado cuenta que tienen un punto común con los franceses, esta obsesión por poner sentidos y símbolos detrás de la estética, de manera para justificar con tal de cultos-poetas, sus neurosis sexuales sadomasoquistas…

Esta obsesión estética… realmente ¿piensan lo que dicen o sólo quieren hacernos creer que son más sensibles y delicados que el resto de la raza humana? A meditar uno de los últimos comentarios de la peli, con la protagonista haciendo “una lista de las cosas que hacen latir el corazón más fuerte”:


Walking slowly,
Dressed in crimson,
Thinking about Kyoto.

¡Petarda, digo yo! Jajajaja

miércoles, agosto 02, 2006

Deus ex machina

Ayer después del trabajo, nos encontramos en Belleville, el pequeño barrio chino que está al lado de casa, para comprar lo necesario para una receta que vi en Internet: “judías verdes a la Bruce Lee” (te lo juro, tal como va). Os doy la receta aquí porque es muy buena (para 4):

500g judías verdes de lata
200g tofu fresco
1 raíz de jengibre fresca
1 pequeña lata de cortes de bambú (bamboo shoots)
4 dientes de ajo
1 cucharada de aceite de sésamo
2 cucharas de salsa de soya

Cortar el jengibre y los ajos en trozos pequeños.
En una sartén o un wok, echar el aceite y calentar a fuego vivo. Echar el jengibre y el ajo durante 3 minutos.
Cortar el tofu y los bambús en cubos pequeñitos. Añadirlos en la sartén y dejar cocer 5 minutos, removiendo regularmente.
Echar la salsa de soya, remover un poco y servir inmediatamente.

Es de la muerte con arroz blanco. Y justamente hablando de arroz blanco, apenas acabábamos de colectar todos los ingredientes cuando dimos con la estantería de los Rice Cookers. ¡Ah, qué maravilla! Y qué envidia también porque la semana pasada, nuestra cuñada (técnicamente es la cuñada de Robin pero por transitividad decreto que es la mía también) tailandesa nos enseñó que se había comprado uno. Y es verdad que el chisme tiene muchísimos ventajas:

  • sólo tienes que poner el arroz y el agua, y te lo hace todo solito, sin quemar nada, manteniendo el arroz listo para comer durante horas sin resecarlo ni nada,
  • y es la única forma que conozco para tener el arroz exactamente como en los restaurantes chinos: untuoso, cocido a punto, y un poco pegante.

¡Me encanta! Dudamos un poquito pero nos dio de repente un átaque de loquieroloquieroloquieroya, miramos los precios: había de todo, desde 18€ hasta 150€… Nos fuimos también a otra tienda para comparar, antes de regresar y finalmente llevarnos uno tipo familiar, grandote y muy cutre con floritas japonesas. ¡Pero no hubiéramos estado más contentos si nos hubieran regalado un nuevo Palm!

De vuelta a casa enchufamos el chisme y preparamos nuestro primer arroz “a la china” para acompañar las judías “a la Bruce Lee”. Salió todo maravilloso. Y para remate, limpiamos el aparato y pusimos dentro bolas de coco que habíamos comprado también, 5 minutitos al vapor y nos salió nuestro postre chino preferido de toda la vida, tan bueno como en el restaurante.

La tecnología es una maravilla.

Ahora podré escribir en los posts:
En mi lector MP3: Morsheeba.
En mi Rice Cooker: arroz blanco.