miércoles, marzo 07, 2007

Egocentrismo


La definición del egocentrismo: "mirarse el ombligo"

martes, marzo 06, 2007

Resumen de las vacaciones (1)

Seguimos bajo el impacto de las vacaciones en las Antillas… ¡Fueron sencillamente las mejores vacaciones de nuestra vida! No hay nada que criticar, nada de que quejarse. El lugar es sencillamente hermosísimo (dentro de lo que los marineros militares franceses, ingleses y españoles llaman “la tercera baya más hermosa del mundo”, después de Ahlong y Rio de Janeiro), el tiempo es de verano (entre 30 y 35 grados de día, entre 25 y 30 grados de noche, y el agua del mar constantemente a 28 grados), las playas son de postales, bañarse en el mar es como estar en un acuario tropical con los peces exóticos, hicimos iniciación de deportes divertidísimos, y el ambiente en el centro era tan bueno e hicimos tan buenos amigos allí que desde que hemos vuelto seguimos viéndonos 2 o 3 veces a la semana, y ya estamos organizando un fin de fiesta en París para los que viven en otras partes de Francia.

Para no olvidar lo sucedido, he aquí lo sucedido…

Día 1 – Lunes

Salimos de casa temprano para estar en el aeropuerto a las 9, 3 horas antes del vuelo como pedido en el folleto. Menos mal porque hay mogollón de gente que vuelan a las Antillas para asistir a “Mardi Gras”. El vuelo sale a las 12. Serán 8 horas de vuelo. Empezamos tomando una buena borrachera en el avión: cerveza, ron y vino. El resto del vuelo pasa entre siestas, videojuegos, libros, etc. Aterrizamos a las 4 de la tarde (con una hora de retraso), hora local en Pointe-a-Pitre. Cogemos un autobús con que cruzamos toda la isla de Guadeloupe, damos la vuelta al volcano de la Soufrière y llegamos al puerto de Trois-Rivières (de donde viene el famoso ron epónimo). Cogemos un pequeño barco para cruzar los 10 km que nos separan del archipiélago de las Saintes. Son las 6, la noche cae, el viento caliente sopla fuerte y las olas nos salpican. Despertamos un poco. Llegamos al puerto del pueblo de Terre-de-Haut (la isla principal) y después de 15 minutos andando llegamos todos (somos 80) al centro UCPA. Nos dan la bienvenida con un planteur (un cóctel a base de ron con zumos de goyava y maracuja) mientras reparten los bungalows. Tenemos el más cercano al mar. Luego cena. Después en el bar seguimos con otro planteur y empezamos a hacer migas con 3 tíos muy simpáticos, 2 de los cuales se revelarán ser nuestros vecinos en el bungalow de al lado. A las 12 estamos en la cama, muertos (son las 5 de la madrugada en París).

Día 2 – Martes

Despertamos a las 6, nos da tiempo para ducharnos y vestirnos, y hasta pasear un poco en la playa cercana antes del desayuno a las 7. Después del desayuno nos dan el programa. Como hemos elegido la formula “multideportes” tendremos senderismo el miércoles por la mañana, catamarán por la tarde, kayak el jueves por la tarde, senderismo todo el viernes, visita de Guadeloupe el sábado y el domingo cada uno se lo monta como quiera. Después del desayuno, vamos a buscar bicis y luego vamos a la playa de Pompierre, a unos 10 minutos, y es como estar en la peli “La Playa” con DiCaprio, con la arena blanca y los cocos. En la pequeña baya hay 2 barreras de corales. Nos poneos visor, tubo y aletas, y es como entrar en un reportaje del Nacional Geographics. Hay peces exóticos de todas partes, de todos los colores. Regresamos al centro justo a tiempo para ducharnos y comer. Luego, una chica y un chico que ya estaban la semana anterior proponen ir con ellos a la playa más salvaje, en la otra punta de la isla. No es muy grande pero hay que subir una colina bastante alta antes de bajar del otro lado. Pero la playa es magnífica. A finales de la tarde, regresamos, otra ducha, nos cambiamos y bajamos al pueblo (el único de la isla) siguiendo las indicaciones de nuestros compañeros de la tarde para encontrar el bar “Chez Cécile” donde suelen quedar la gente del UCPA cada día. Sirve cócteles fantásticos con zumos frescos, hielo picado y… mucho ron por supuesto. Nos tomamos un Mai-Tai cada uno mientras anochece, con un grupo de 10 o 15. Luego regresamos al centro para no faltar la animación del día “prueba de ron aromatizado” en casa de un tío cerca del centro. Prepara ron con jengibre, con maracuya, con piña, con goyava, etc. Probamos muchos. Compro una botella de ron con jengibre. Luego barbacoa de pescado en el césped. En nuestra mesa, con nuestros vecinos, estamos bien borrachos y la cosa empeora cuando saco mi botella y también otro chico saca la suya de ron con maracuya. Mucha risa de borrachos. A las 12 a la cama.

Día 3 – Miércoles

Después del desayuno frente al mar de un azul increíble, quedamos con el grupo de senderismo. El guía es un local cuarentón que habla como una metralleta. Cada 5 metros interrumpe su diarrea verbal de cotilleo de la isla (es raro saber que “la mujer que vive es esta casa allí”, que no conoces de nada, se folló a tal y tal y tal tío y que es un guarra en la cama) para contarnos todo sobre esta planta, o este pájaro, o este bicho raro, etc, etc. En esta ocasión nos enteramos que en esta isla (pero no las otras del archipiélago) hay que tener cuidado del árbol llamado “mansolinier” porque tiene una savia tan ácida que si lo toques puedes quemarte al tercer grado, o a lo menos conservar rasgos de la quemadura durante 6 meses. Si llueve, nunca ponerse debajo del árbol, que sería como ponerse debajo de una ducha de ácido. Qué miedo! Aprendimos muy rápido a reconocerlo. La visita de la isla sigue, con su historia local, su flora y su fauna, el pueblo, y el sendero en la cima de los acantilados con vistas impresionantes: el atlántico a la derecha, el mar de los caribes a la izquierda, el volcán de Guadeloupe delante, y la Dominique detrás. Acabamos la mañana tirándonos todos al agua en la playa de Pompierre. Robin y yo seguimos fascinados por los peces en los corales.

Después de la comida, vamos al puerto para la tarde en kayak. El instructor es un créole divertidísimo. Nos explica la base de la navegación con kayak (nada complicado), nos ponemos los chalecos salvavidas y nos metemos en kayaks de 2 personas, un chico detrás y una chica delante. Me toca estar con Vanessa, una joven rubia bien mona pero no muy deportiva. Apenas empezamos a navegar que me dice que está cansada y que le duelen los brazos. Conclusión: durante toda la tarde casi propulsé el kayak yo solo, jejeje. El instructor nos lleva a una punta de la isla que llaman el Pan de azúcar (como en Rio de Janeiro), a 2 o 3 kilómetros. Primero lo contornamos para ir al lado “sous le vent” (bajo el viento), significando que no soplan los alisios. Hacemos allí una pausa de 1 hora en una playa paradisíaca. Robin y yo, otra vez, con el visor y el tubo, vamos a observar los peces exóticos. Luego otra vez con los kayaks damos la vuelta al Pan de azúcar para ir del lado “au vent” (al viento) donde soplan los alisios. Como son vientos calientes, el agua es aún más caliente, peor que una bañera! El instructor va a buscarnos dos cocos y abre una para nosotros, para que bebamos la leche y comamos la fruta. Luego enseña a Robin a abrir la secunda. Finalmente, nos ponemos en los kayaks para la vuelta. Esta vez, vamos en el sentido contrario del viento, y con Vanesa que está cansada, cuando llegamos al puerto me duelen bastante los brazos.

De allí, vuelta al centro para una duchita y cambiarnos, antes de bajar al pueblo en el bar “Chez Cecile”, para probar otro cóctel (Banana Daiquiri) con otros 15 o 20 del centro. Más tarde en la noche, después de la cena, hay una fiesta “zouk” (el baile local, caliente, muy caliente). Debe ser demasiado temprano en la semana, las chicas no se atreven. Sin embargo, algunos locales han subido al centro para participar en la fiesta, el objetivo siendo por supuesto ligar con las “metropolitanas” (y me consta que al menos uno lo consiguió). Bajo la presión de los repetidos cócteles de ron, ya no me acuerdo a qué hora nos fuimos a dormir, después de bailar un buen rato.

viernes, marzo 02, 2007

Señal de vida

Para que no penséis que hemos desaparecido en el Triángulo de las Bermudas, os dejo un breve señal de vida. Lo que pasa es que tengo mucho curro, y que me da pereza escribir un post detallado sobre la vacaciones. Lo escribo poco a poco pero habrá que esperar más...

Sin embargo, un resumen rapidito:

¡Las vacaciones en las islas Santas fueron una pura maravilla! Tanto por el lugar de ensueño, como por las actividades deportivas que descubrimos (catamarán, kayak, buceo), como por el ambiente y los amigos que nos hicimos, y que seguimos viendo ahora que hemos vuelto.

La semana pasada luchamos contra la diferencia horaria, y organizamos una fiesta al día en casa para hacer probar a los amigos un poco de los 11 litros de rón (de muchas variedades: agricola, dorado, añejo, y extra-fuerte) que traímos de vuelta.

Y esta semana recibimos la visita de Juan (de Sevilla) que finalmente tiene tendencia a pulular más bien en la cama de Vassilis que en nuestro futón para los invitados. ¡Ah, estos griegos...!

Otro evento importante de la semana: el nuevo trabajo de Robin empezó ayer. Como es muy fresco, de momento no podemos decir mucho, ya veremos en las semanas venideras si está bien o no.