lunes, enero 30, 2006

Me gustan las pizzas

Pues, como Robin ya ha contado lo importante del fin de, tengo que buscar otros temas. En fin... cuando digo que Robin ha contado lo importante, no es completamente cierto: ha omitido detalles de los más divertidos, como por ejemplo cuando nos fuimos a tomar el té en casa de su madre, jejeje... no puedo contarlo todo porque necesito que Robin me de permisión (y lo dudo). Pero lo que puedo decir es que ¡me encanta my suegra!

Entonces hablemos de comida rica. Me viene este tema a la mente porque la cena de anoche fue rica, riquísima... ¡pesadísima!

Nos invitó a cenar Cyril, que es un chico majísimo. Lo encontramos a la vuelta de España, cuando aún chateábamos por internet en sitios de chat gay con el afán un poco hipócrita de hacernos nuevos amigos. Era hipócrita porque, como todo el mundo se imagina, la motivación más o menos escondida es encontrar amantes más bien que amigos, y no eramos mejores que los demás en este asunto. En fin, Cyril nos contactó porque hablábamos de Kung-Fu en nuestro perfil y él buscaba un club para hacer Kung-Fu. Así que quedamos, hablamos muchísimo de Kung-Fu y... nos hicimos amigos. No amantes. No es que no nos gustara, pero no sé, nunca ninguno de los 3 dió la más minima señal de querer ir a por más que amistad. Al final, se matriculó en un club cerca de su casa (él vive en el centro de París, cerca de Châtelet).

Ayer ibamos a cenar a su casa... Y decidimos invitar (a su casa, sí, sí) otro amigo: Vasilis, un griego (que también encontramos por internet hace meses, de la misma forma que a Cyril...), porque todavía no conoce a mucha gente en París. También este fin de se ha mudado para vivir aquí otro amigo de Barcelona y Madrid: José Luis (digo ambas ciudades porque este niño tiene algo como un dón de ubicuidad), y a él también queríamos hacerle conocer gente.

Como Cyril había convidado a más amigos suyos, ibamos a ser 9 y nos pidió llevar entrantes, por eso decidí preparar algo que llenara muchísimo porque:
  1. había que rellenar a 9 chicos, aunque maricones,
  2. sentía un pelín de culpabilidad por mal educado por haber invitado a 2 personas más así y quería compensar llevando algo rico,
  3. las cenas en casa de Cyril pueden ser bastante ligeras cuando se olvida de preparar comida, en plan 5 crêpes de ultramarinos para 8 personas...
Total, preparé una Tarte à l'oignon (un pastel de cebolla, con mucha cebolla, huevos, leche, harina...) pero en versión jumbo, algo enorme, con masa preparada a mano por Robin (lo que significa: pesada). El resultado fue un monstruo capaz de dar de comer a una pandilla de cow-boys hambrientos (esa última referencia, seguro que me la inspiró Brokeback Mountain...)

¡Pero en casa de Cyril discubrimos que él estaba preparando una macro Tartiflette! Es un plato de los Alpes, el típico que comes después de un día de esquiar en el frío y que te podrías zampar una pierna de mamut con 3 toneladas de patatas... Pues el caso es que en la tartiflette hay patatas (muchas), cebolla (otra vez, seguro que para no perder la suavidad del aliento), tocino y pones todo en el horno con encima varios quesos reblochon (que es como el camembert pero de color naranjo y que huele de una manera criminal). 3 milliones de calorías por bocada. Y como si no fuera bastante, 2 de los amigos de Cyril habían preparado un pastel de chocolate (con más mantequilla que chocolate, me parece). Fue una cena destrasosa y seguro que hemos recuperado 3 veces más michelines que los que nos quitarón las 2 clases de Kung-Fu del fin de... pero bueno, como hace un frío siberiano, tal vez necesitemos cierta capa de grasa estos días...

Y así, pensando en tal comida pesada, encontré 2 fotos del 2003, cuando nos fuimos de viaje a Boloña, en Italia, porque allí participaba yo en una conferencia. Fue donde comí las pizzas más fantásticas de mi vida. Y eran tan grandes que no podía creer mis propios ojos: ¡mirad la cara que hago!

Y mirad la carita de goloso de Robin!

Pues eso. Que anoche fue como lo de las pizzas, fue enorme, grasiento, el contrario absoluto de la dieta sana que intentamos llevar desde hace años (sobre todo, desde que vivimos en Madrid y que discubrimos con espanto que el 90% de los chicos de menos de 35 años tienen cuerpazo de dioses griegos), pero ¡nos encantó! Pero conservemos este recuerdo secreto, que es algo medio perverso, ¿vale? ;-)

1 comentarios, opiniones, y cotilleo:

A 30/1/06 16:02 , Blogger Robin dijo...

No soy un goloso en absoluto solo que me gustan las pizzas ;-p

la comida italiana es la mejor del mundo! Lo siento para los franceses y los españoles...pero no estoy de acuerdo cuando dicen que SU comida es la mejor jejeje

 

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