jueves, mayo 15, 2008

¿Una nueva Barcelona?

Acabamos de salir de un increíble periodo de 12 días (¡12 días!) festivos en Francia. Una rara conjunción de fechas (entre las cuales la llegada muy temprana de Semana Santa este año) ha hecho que este año, sólo se trabajaban 3 días entre el 1 y el 12 de mayo. Con lo cual, todos lo que pudieron se cogieron estos 3 días de vacaciones y se montaron vacaciones de primavera.

Nosotros también, por supuesto. Nos quedamos en París los 4 primeros días, porque al principio debía venir a París la Rana, pero luego su plan se esfumó, y no nos apetecía improvisar algo fuera de París al último momento. A cambio, decidimos hacer de turistas en nuestra propia ciudad. A veces es muy divertido pasear así por los lugares turísticos adonde nunca vas, o descubrir nuevos rincones. Además hacía un tiempo estupendo. Luego vinieron Tony y JL para el concierto de Kylie, y pasamos un día con ellos de guías turísticos, pasando por las antiguas galerías comerciales de Haussmann, y comiendo en el barrio japonés comida tradicional que no son sushis.

Y el miércoles volamos a Budapest, a pasar allí cinco días.

¡Budapest es la hostia! Es hermosa y gigantesca, llena de vida, de cafés, bares, restaurantes, parques, cines, teatros y óperas, de monumentos impresionantes y de tiendas. Todavía no hay tantos turistas, supongo que porque en Europa del Oeste aún no pensamos en esta destinación, pero se nota que hay muchos estudiantes de fuera, hablando inglés, supongo que en Erasmus. Budapest nos hizo pensar en la Barcelona de hace 10 años: la futura ciudad fashion-étnica donde pasar un par de años durante tu juventud cuando eres “cool”. Me pregunto cuándo saldrá el equivalente húngaro de “Una casa de locos”…

El hotel que habíamos seleccionado por Internet era muy bien. En el barrio de las embajadas (a 10m de la embajada de China, con su pobre manifestante en la acera de en frente con una bandera “Free Tibet”), arriba de una avenida tipo Campos Elíseos (Andrássy üt), cerca del Parque de los Martirios. En la otra punta de la avenida, hay el centro, digamos lo más céntrico. De todas partes hay edificios enormes, tipo castillos, con arquitectura Art Nouveau (que ahí llaman “secesionista”, vete a saber por qué). Muchos de ellos necesitarían obras ya, es una pena ver sus fachadas con la piedra atacada por el tiempo y la contaminación, sobre todo cuando comparas con los edificios reformados, magníficos y llenos de esculturas y pinturas.

La comida húngara es muy rica, y varios platos que en Francia se piensan típicamente franceses tienen su verdadero origen en Hungría, como el foie gras, el confit de oca, o el steak tartare. En las zonas turísticas los precios son bastante parisinos pero cuando te alejas y te vas a sitios populares, hay que contar con 4€ un plato y 2€ un entrante o un postre. Los húngaros son tan pesados como los franceses con los vinos. Tienen 700 denominaciones de origen, que pueden llegar a costar un pastón, y parece considerar muy importante el hecho de seleccionar exactamente el vino idóneo para cada situación o plato. Lo único raro es el tema del café: sea cual sea, todo cuestan más o menos lo mismo (entre 2€ y 3€), que sea un café solo o una jarra de café con leche y bolas de helado tapada de nata montada. Muy raro, digo yo.

Budapest es también la ciudad de los baños (termales quiero decir): hay muchos, los edificios más antiguos fueron construidos por los turcos hace 500 años. Todos son muy grandes, muy lujosos y todo el mundo va ahí muy a menudo.

Paso rápidamente el programa: el primer día verdadero, el jueves, cruzamos la ciudad andando, y luego cruzamos el Danubio para visitar la ciudadela medieval de Buda. Por la tarde volvimos al hotel, cogimos los bañadores y nos fuimos al Parque de los Martirios a los baños Szechenyi, que son los más grandes de Budapest y tienen además 2 piscinas al aire libre: una con jacuzzi y corrientes de agua (muy divertido), y otra de 36°. Tomamos el sol dentro del agua caliente durante 2 horas. También visitamos las otras piscinas termales dentro, pero eran menos divertidas que fuera. Por la noche no salimos muy tarde porque éramos muertos de tanto andar y del agua caliente.

El día siguiente intentamos visitar el Parlamento (el más grande de Europa, de planes similares al de Londres pero mucho más grande) pero estaba cerrado, y luego se convirtió en un día de compras. Comimos en una cantina de la época soviética (muy barata, todo muy bueno) y encontramos una tienda de jóvenes diseñadores en que compramos piezas únicas de ropa a unos precios incomparables. Por la noche encontramos un “bar gay” en la zona turística, muy tranquilito, muy de terraza un poco chic, y luego nos fuimos a la novísima discoteca gay no muy lejos. Entramos por un precio ridículo (2€). Era muy lujosa y te acogían con una copa de champagne (húngaro) gratis, jejeje. Nos quedamos allí el tiempo de tomar un par de cervezas, y de admirar los jóvenes húngaros que son muy monos, hay que reconocerlo pero habíamos pateado mucho otra vez y volvimos al hotel.

El sábado por la mañana nos atrevimos con el sistema de transportes urbanos para llegar a lo que la guía llamaba “el mejor rastrillo de Europa del Este”. Al cabo de un largo trayecto en metro y autobús llegamos allí pero seguimos sin entender lo que tiene de tan fantástico este mercado. Por la tarde, de vuelta al centro, nos fuimos a otros baños muy famosos: los baños Gellértegy, en un antiguo hotel, un viejo “palace” de principios del siglo XX, todo Art Nouveau.

Nos encantó la piscina de olas artificiales en el jardín, y luego nos fuimos adentro, a explorar la zona de piscinas calientes. En este baño, las piscinas termales no son mixtas y estábamos metidos en la de 38°, mirando como unos viejos asquerosos intentaban acercarse a lo que, manifiestamente, eran chaperos. Un poco hartos de la cosa, salimos a recoger las toallas y al lado estaba sentado un chico guapísimo, una bomba, que nos miró francamente a los ojos con una sonrisa ciegadora. Con lo cual concluimos que era un chapero también y nos fuimos. Pero al rato, una vez vestidos otra vez y a punto de salir, lo vimos con un par de amigos suyos dirigiéndose hacía la salida también. Nos plantamos delante del edificio esperando que salieran. Cuando salió, nos vio y nos hizo otra vez una gran sonrisa, y finalmente se acercó uno de sus amigos a decir hola.

Total, los tres eran Romanos, de la ciudad de Timişoara, que no está muy lejos de Budapest en tren, y suelen venir de vez en cuando para el fin de. Entablamos la conversación y eran muy majos. Cogimos un autobús juntos hacía el centro y allí nos separamos, quedando en que íbamos a encontrarnos después de cenar para tomar copas y salir juntos. Mientras tanto, el guapetón seguía sonriendo. Y nosotros seguíamos preguntándonos de qué iba la cosa verdaderamente. Después de cenar quedamos en el bar gay chic de la noche anterior y nos sentamos alrededor de una mesa. El guapo (llamémoslo Mihai) a mi derecha y Robin en frente de él. Sus amigos hablaban sobre todo, era muy divertidos y según entendimos, Mihai, además de ser muy tímido (¿con esa sonrisa en el baño?) no tiene un nivel de inglés muy bueno (se confirmó a continuación), así que no hablaba mucho. Sin embargo en un momento me cogió de la mano debajo de la mesa…

Luego nos fuimos a la discoteca esa juntos y tomamos copas juntos. Todavía no sabíamos qué estaba pasando exactamente, pero luego hubo un show de drags (en húngaro, si señor) y durante el show, Mihai se puso mucho más cariñoso. Luego se fueron sus amigos (creo que querían ir a un bar más caliente) y nos quedamos los tres. Después de bailar un rato, volvimos juntos a nuestro hotel, y ya no entro en los detalles. Pero este tío, además de ser creo el más guapo con quien nos acostamos en nuestra vida, es una bomba sexual, y es muy cariñoso.

El día siguiente se fue a encontrar a sus amigos para sus últimas horas en Budapest, y nosotros estábamos convencidos que no íbamos a tener más noticias. Pero no: mientras estábamos esperando en el aeropuerto para el embarque nos mandó un SMS para desearnos un buen viaje y decir que estaba muy contento de la noche. ¡Y lo más fuerte, el lunes, nosotros de vuelta a París y él a Romania, nos llamó al móvil por la noche, después de su día de trabajo para tomar noticias! Desde entonces hemos intercambiado varios emails y hemos chateado por MSN, y nos estamos planteando un viajecito a su ciudad en julio, donde nos ha invitado…

Ahora me vais a decir: ¿y qué pasa con The One? Él de Barcelona… Pues nada, se queda Nuestra Gran Historia. Pero mientras está haciendo el tío duro en Barcelona, no vamos a quedarnos fieles si él no nos ha prometido nada (ni siquiera da noticias últimamente). Con el Romano no tiene nada que ver: no hemos hablado casi de nada, no conocemos su vida aparte que es informático, y se trata sobre todo de algo físico y de una amistad potencial. Pero mientras tanto, joder, ¡qué pasada! Como comentaba ayer a Resurrección, es que Robin y yo tenemos el corazón bastante grande para albergar a varios chicos :-)

3 comentarios, opiniones, y cotilleo:

A 17/5/08 18:41 , Blogger DeCa dijo...

;)

si es el hombre mas guapo que habeis tenido en la cama, debe de ser de morirte.. fotos ya!! :)

Os quiero mucho!

Fdo. El primo que no para de estudiar ahora y tiene una vida social de mierda. (pero aun casado!! :)

 
A 28/5/08 00:28 , Anonymous Anónimo dijo...

¿Así de buenos en la cama son los rumanos?
Ala, la foto de este chico ¡ya!

 
A 28/5/08 21:03 , Blogger Vinou dijo...

Todos los Romanos no sé... sólo conocemos a uno... pero joder sí! este tío es una bomba atómica! :-)

Las fotos sólo por mails privados por supuesto, hay que protegerlo :-)

 

Publicar un comentario

<< Inicio