martes, enero 31, 2006

Compañeros

Hoy estoy muy contento porque aquí en mi oficina, es el primer día de Louis-Gabriel. Es un ex compañero de la empresa en que trabajaba antes que la en que trabajo ahora.


La anterior se llama ELDA, y no explicaré a qué se dedica porque resultaría complicadísimo y a la vez aburridísimo. Lo importante es que trabajar en esta empresa resulta (así de general) un infierno, no por lo que se hace, ni por los horarios, ni por el entorno, ni por la ubicación, si no por el dueño, que hace que la más minima cosa se vuelve una pesadilla.

Pasamos horas y horas con los compis, cuando allí trabajaba, intentando entender qué fallaba precisamente, pero sigue un misterio como este hombre, sin nunca gritar, resulta comportarse de la manera más desagradable posible. Ninguna decisión resulta posible, ni por parte de los empleados, ni por él, haciendo que los temas se quedan sin resolver durante meses, años... A la vez tiene este dón por culpabilizarte de todo, hasta cuando las cosas salierón bien, tienes la sensación que hiciste algo mal y que por todo el cagazo tienes la culpa tú.

En esta casa de locos, aguanté 18 meses. Demití al cabo de 15 meses, completamente agotado, estresado, y vuelto paranóico y amargo, y me piré al final de los 3 meses que se hacen aquí en Francia (por cierto, esto de los 3 meses no es por ley si no por costumbre: la ley dice que tienes que quedarte "según los usos de tu profesión"...)

Cuando encontré este nuvo curro, que está bastante bien, me dije que si podía ayudar a mis ex compañeros a escaparse de ELDA, pues lo iba a hacer. Y lo conseguí con Louis-Gabriel. Mi nueva empresa se llama SYSTRAN (he añadido un vínculo al lado) y hace traductores automáticos. Ya es el tipo de trabajo que hacía en Barcelona, y me gusta. En el proyecto en que estoy ahora, nos faltaba alguien que hablara portugués, y por eso pensé en Louis-Gabriel, porque es de origen portuguesa. Y al final, ahora trabaja aquí conmigo. ¡Es la hostia!

No cuento todo eso para cascarme el ego, pero porque tiene mucho que ver con los temas de conversación que llevamos ultimamente, Robin y yo. Nos parece muy importante cuidar de los amigos y de los compañeros, sobre todo aquí en Francia (o ¿será propio de París?) donde la gente es tan individualista, tan fría, tan lejos del ambiente calido que encontramos en España, hasta en el trabajo. Hay que cuidar de las amistades como se regan la plantas.

Nosotros tenemos muchísima suerte con los amigos que tenemos alrededor nuestro en París: Sam y Olivier, Hermance, Vassilis, José Luis, Nalaka... o más lejos (Cecilia, Dani y Marta en Barcelona, Silvia en Turín, el otro Dani en Madrid, Roser en Holanda...), pero fue España y los españoles que nos enseñarón como se cuida de los amigos. Y no queremos olvidarnos nunca de esta lección importantísima, que contribuyó mucho en cambiar nuestra vida.

Nuestro nuevo objetivo para el 2006: importar en París lo mejor del modo de vivir español. ¿A ver si lo conseguimos?

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