lunes, julio 17, 2006

Tradiciones

Un fin de bajo el signo de las tradiciones.

Tradición popular. Cada 13 de julio, víspera del 14 obviamente, el 14 siendo fiesta nacional francesa, la tradición quiere que todas las casernas de bomberos de Francia organicen el "baile de los bomberos" (bal des pompiers en versión original). Los días antes los bomberos venden billetes de lotería en la calle, y con el dinero recogido organizan estos bailes y se compran cosas durante todo el año. Los bomberos son los últimos ídolos de los franceses porque son nobles, valiosos, abnegados y super calientes, así que la gente da dinero sin pensarlo 2 veces, y acude a los bailes. Estos dan lugar a 2 "cazas" paralelas: la de las chicas que quieren seducir a un bombero, y la de los bomberos que quieran follarse alguna chica. Suelen coincidir bastante bien pero de una forma extraña, los bomberos más guapazos con cara de ángeles y abdominales hasta las cejas suelen acabar enrollándose con rubias gorditas y bastante ordinarias… Misterios de la naturaleza… Estos bailes tienen lugar o en las casernas, o en las plazas públicas. En paralelo, en una zona de las orillas del Sena, hay el "bal gay" en plan discoteca al aire libre y una concentración inverosímil de maricones poco vestidos moviéndose al ritmo de la música cuyo volumen debe ser la pesadilla de todo el vecindario. Quisimos enseñar todo esto a Vassilis. Cenamos juntos por el centro e hicimos camino hasta la zona tradicional del bal gay pero ¡na de na! Este año parece que no lo hicieron. Y tampoco encontramos ningún bal de bomberos en camino. Dos tradiciones que se pierden, ¡qué lástima!

Tradición militar. El 14 de julio, la mili francesa hace desfile en los Campos Elíseos, delante del presidente de nuestra república bananera y del buen pueblo emocionado. Como cada año, no fuimos a los Campos Elíseos, que no nos apetece nada que nos aplaste medio millión de personas a punto de desmayarse por el calor sobre el asfalto. En vez de esto, cogimos el tren para ir a pasar el fin de en casa de mis padres. Mi padre, que fue bombero de París durante 3 años cuando era joven (¡Dios, qué morbo!), miró el desfile en la tele.

Tradición culinaria. Mi madre intentó matarnos por exceso de comida, como cada vez. Todo muy bueno y demasiado abundante, como de costumbre.

Tradición veraniega. Mis padres viven en la región de los castillos del Loira. No hay el mar, pero hay el Loira y otro río que se llama el Cher. Y nos fuimos el sábado a pasar un día de picnic en una playa del Cher, en un pequeño pueblo medieval. Nadamos mucho, comimos bastante, echamos una siestita a la sombra, y nos quemamos Robin y yo, un poco con el sol.

Tradición lúdica. Mientras dormíamos la mona, mis padres, con una de mis tías y mi primo y su mujer que se habían agregado, jugaban con naipes al Tarot. Gracias a Dios, esta vez, por la siesta y nuestro afán náutico, no tuvimos que compartir estas actividades.

Tradición familiar. El sábado por la noche, mis padres se pelearon, por tonterías como de costumbre, algo de si habían puesto botellas de agua a enfriar en la nevera o no. Mi padre le contestó tajante a mi madre, que puso voces y se fue a la habitación llorando. A la mujer de mi tío le tocó tranquilizar a mi madre. Yo de esto ya pasó, estuve de turno durante 20 años y ya basta con cuidar ancianos malcriados, jajaja :-)

Tradición logística. El domingo después de comer, cogimos el tren de vuelta para París. Y como de costumbre en Francia, el aire acondicionado no era ni siquiera para mencionarlo, aunque hiciera 38 grados fuera. La gente en el tren me hacía pensar en enormes y extrañas copas de helado desmayándose. Menos mal que tuviéramos abanicos (de papel cartón pero ya es mejor que nada). En el metro aún peor. Se parece a una olla de vapor.

Tradición china. Para aprovechar la noche calentita, salimos a la calle para ir a tomar el aperitivo. Bajamos a Belleville a refrescarnos con mojitos que me hicieron perder un poco mi sentido del equilibrio y despertaron un apetito que no me esperaba. Así que encontramos un restaurante chino con mesas en terraza y nos zampamos un menú completo de pato laqueado.

Tradición china bis. Esta mañana Robin despertó mareado y con nauseas. Creo que el pato laqueado no era muy fresco.

4 comentarios, opiniones, y cotilleo:

A 17/7/06 16:11 , Blogger DeCa dijo...

:-)

Me parto con vosotros...

Os pasais la vida quemandoos al sol e indigestándoos de comer.

 
A 17/7/06 16:16 , Blogger Vinou dijo...

Ah, no me hables de esto. Si seguimos así vamos a acabar con michelines rojos... Es que la vida es muy dura, fijate :-)

 
A 18/7/06 19:59 , Blogger Fer dijo...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

 
A 18/7/06 20:01 , Blogger Fer dijo...

¡NO, hay tradiciones que no deberían perderse! Como la del "bal gay"... por lo menos hasta que yo no haya asistido!!

Contestando a la pregunta de Vinou: mi viaje a Caen consiste en partir de Madrid a París en avión y de allí tomar el tren (Gare Saint-Lazare) rumbo a Caen... Pero supongo que durante los dos meses y medio que estaré allí, me haré una escapadita de un finde a París (para desquitarme con esa ciudad).

 

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