Declaración de guerra

Durante los 12 últimos años, es decir desde que vivimos juntos, la providencia y el destino nos habían protegido contra los dueños indelicados, pero parece que los vientos de la fortuna han dado un giro.

Este sábado, cuando ya estábamos hartos de mover nuestras mierdas, digo pertenencias, de un piso al otro, y a punto de salir para emborracharnos debidamente con Vassilis en cualquier rincón de Mariconlandia que proporcionara happy hour, llamaron a la puerta y para nuestra mayor sorpresa, los ex inquilinos de nuestro nuevo piso, escupiendo como gatos enfurecidos.

Nos contaron que los dueños del piso suelen estafar a todos los arrendatarios (ellos, los de antes, y los de antes antes). Cuando salen del piso, dicen que la moqueta y las pinturas en las paredes están en muy mal estado, que necesitan reformas y entonces conservan los 2 meses de alquiler que se dejan en garantía. A estos, los dueños les dijeron que tenían que cambiar completamente la moqueta. La mismísima moqueta que nosotros acabábamos justo de limpiar con una máquina especial de alquiler, siguiendo los consejos de los susodichos dueños (y sin mucho éxito, para más detalles, quedan muchas zonas un poco negruzcas). Lo que significa que los dueños no tienen ni la menor intención de cambiar la moqueta…

Después de un fin de bajo el signo de una paranoia aguda, de una reflexión muy intensa, y después de la ultimísima llamada de la gestora inmobiliaria para pedir más papeleo (se quejan que sólo aparezco yo en el seguro del piso y piden aparezca mi nene también), el colmo ha sido alcanzado y declaramos la guerra al reino de lo cretinos estafadores!

Primero, voy a llamar la compañía de seguros pero si he entendido bien el contrato, cualquier persona que viva conmigo está cubierta. Y punto.

Segundo, hemos visto en Internet que si la comprobación del estado del piso al momento de alquilarlo no se ha hecho en “buenas condiciones” (lo que es el caso, porque nos lo hicieron hacer de noche y casi no había luz en el piso), podemos durante el mes que sigue enviar por carta recomendada la lista de todos los problemas que no habíamos detectado primero, para que no nos sean contados cuando salgamos. Y problemas hay: manchas en la moqueta, azulejos rotos escondidos detrás de un mueble, agujeros en la pared…

Ah… ¿quieren ser pesados? Pues ¡ya verán quién va a ser más pesado!

Pero a parte de eso, el piso sigue muy bonito, el barrio es un encanto y nos hemos cruzado con el vecino de la puerta justo al lado que está bien bueno, la verdad :-)