lunes, septiembre 04, 2006

Calentamiento prevacacional

El día después de mañana estaremos de vacaciones. ¡Ya era tiempo! Estábamos hartos de quedarnos tranquilitos en casa, sobre todo después de 1 mes de agosto con la ciudad medio vacía, y particularmente lluviosa.

A modo de calentamiento, desde el jueves pasado (que ya conté el post anterior), salimos cada día, con ritmo propiamente chuequil. A día de hoy aún estamos un poco bajos de energía (seguramente que todos los recursos energéticos del cuerpo lo está usando nuestro hígado para asimilar todo el alcohol que ha sido uno de los ingredientes principales de nuestra sangre estos días), pero ahora con ganas de más.

Acordaros que el viernes, os dejé en un estado un poco mareado y bastante cansado por la borrachera del jueves. Pues por la noche, habíamos quedado con Lalo y la Michèle (ver el post del 22 de agosto) que había regresado de Bruselas pero se iba a Valencia el día siguiente. La estructura de la noche fue bastante similar a la vez anterior, pero con aún más histeria y más alcohol si puede ser, todo a base de cervezas: una arriba del Amnesia, una en la planta baja, una en el Mixer, una en la calle delante del Cox, y luego ya no me acuerdo cuantas en el Cud, y luego unas cuantas más en el Raid. Los cuatro completamente histéricos, y en español. En medio de un ambiente muy raro: por una vez los maricones parisinos sonreían y ligaban. No sé si era algo general o sólo esta especie de reacción instintiva para con los grupos de turistas guays que es una mezcla entre “qué envidia, parecen divertirse tanto” y “a ver si puedo follarme carne fresca esta noche”. No sé, pero el resultada era que todos nos sonreían y nos tocaban muchísimo. Ayudaba seguramente muchísimo la presencia de la Michèle, sobre todo cuando quitó la camiseta, que el nene está tan bueno que es para que se le caiga la baba a uno. Pero no hay que minimizar los méritos de Lalo y nosotros tampoco: creo que los 4, en el Cud, sin camiseta, estábamos bien buenos e hicimos bastante impresión (la mido al número de manos desconocidas que intentaban extrañarse un poco fuera de lo debido).

Aprendimos particularismos mexicanos laloistas que creo que se nos van a quedar: el “me pongo el pelo todo de un lado antes de agacharme para chupar” (en referencia a las rubias tetoneras de cabello largo en las pelis X heteros setenteras) cuando uno quiere significar que le gusta un chico que pasa alrededor, y el “me saco la perla del pendiente y te la echo a la cara” como para decir “¡muérete ya!” (este último fue utilizado con víctimas un grupo de niñatas mexicanas que se habían extraviado un poco por el Marais, y que decidimos llevarnos con nosotros al Cud para ver sus caras de susto).

El sábado de día… no sé, ya no me acuerdo muy bien… Sé que a finales de la tarde llamamos a Cyril que nos invitó a cenar a su casa antes de salir a bailar al Tango. Nos miramos 2 segundos con aire “¿a nuestra edad, será razonable?”, luego de “no es razonable en absoluto” antes de aceptar la invitación con entusiasmo. Y así salimos con Cyril a ver si le encontrábamos algún noviete por allí. Finalmente, a mediados de la noche, nos encontramos vencidos por el cansancio acumulado, el exceso de alcohol y la desesperación debida al mal gusto de Cyril para con los hombres, así que lo dejamos enfrentarse solito a la hora del pánico.

Y anoche cenamos con Vassilis en un restaurante Senegalés cerca de su casa. Me gustó sobre todo el efecto que le hizo la caipirinha que le hicimos descubrir durante el aperitivo. Cuando ha bebido, se anima mucho y cuentas guarradas, y como no suele hacerlo, es mucho más divertido. Además en el restaurante había un chico que le gustaba, y a nosotros nos gustaban mucho los dos cocineros senegaleses, creo que con el alcohol nos pasamos un poco y no estuvimos muy discretos. Pero no nos echaron y nos reímos mucho (además de que la comida fue estupenda).
Creo que ahora estamos bien calentitos para empezar las vacaciones en Marrakech. Ya con la madre de Robin, seguro que nos va a llevar a sitios fash.

Y además hemos vuelto a hablar con el chico de Hospitality Club, que parece bien majo y quiere llevarnos de fiesta también.

Perfecto. ¡Diversión, ven, estamos listos!

0 comentarios, opiniones, y cotilleo:

Publicar un comentario

<< Inicio