viernes, febrero 09, 2007

Go West

¡Nos confirmaron el viaje a las Antillas anteayer! Más precisamente, se trata del archipiélago de las Islas Santas, a 10 km al sur de la Guadalupe. Dicen que se trata de la tercera baya más hermosa del mundo (me pregunto cuáles son las dos primeras). Hay sólo 3000 habitantes en las 9 islas, son mayoritariamente descendientes de bretones franceses, lo que hace que su aspecto general es de gente más bien baja, rubia, de ojos claros, pero con la piel tirando a morena debida a la sangre negra de los esclavos. Guapos deben ser, digo yo.

Si queréis llevaros un disgusto, os aconsejo ir a ver el sitio web del centro adonde vamos.

Estos dos últimos días, los hemos pasado buscando las cosas que nos hacían falta para el viaje: máscaras con tuba y palmas, protección solar, crema para después del sol, crema antimosquitos, aparato antimosquitos para poner en la habitación durante la noche, zapatos especiales para deportes marítimos…

¡Lo único que todavía no hemos encontrado son las chanclas! Es que en pleno invierno, no hay manera de encontrarlas. Hoy, en mi búsqueda, he dado una vuelta en Zara. No había chanclas pero me ha dado la oportunidad de mirar a los clientes. Hace muchísimo tiempo que no había puesto los pies en un Zara en Francia, por eso me sentía un poco como un etnólogo en Nueva Guinea. La conclusión de mi (rápida) observación es que los clientes autóctonos de Zara por aquí son jóvenes moros de las afueras que quieren dar la impresión que pertenecen a una categoría social más alta, y que intentan imitar a los ejecutivos de verdad que tan numerosos son en esta zona. Entonces compran en Zara, las piezas más estrechas y parecidas (desde lejos) a D&G. El resultado es que no se parecen a ejecutivos, sino a dependientes amariconados de Zara (¿pleonasmo?). Pero bueno, le ridículo no mata y lo importante es que la pasta fluía, ¿no?

La preparación del viaje se hace aún más complicada, porque este fin de vienen mis padres a pasar 2 días a casa para descubrir nuestro nuevo piso. Y para que sea aguantable, tenemos que mantenerlos ocupados todo el tiempo, como a los enanos. Ya reservé billetes de teatro, una cena en un restaurante… Tenemos una agenda bastante apretada, ¿cómo haremos para comprar las chanclas?

Las maletas las haremos el domingo por la noche. El lunes a las 6, ¡salimos para la aventura! ¡Síííííííííííííííííííííííííííí señor!

lunes, febrero 05, 2007

Hispaniola nos espera

No he actualizado desde hace unos días, no porque como ciertas ranas estoy hasta las cejas de curro, pero porque he estado enfermo. Sip. Podéis enviarme mensajes preocupados de conmiseración, los valoro :-) Algún tipo de virus que pillé (¿que me pilló?) a principios de la semana pasada, y que parece que va muy de moda últimamente en París: te pica la garganta, te duele la cabeza como si un chiflado te estuviera dando golpes de martillo todo el día, haces fiebre, y sobre todo te quedas exhausto. Blando como un condón usado. Me entró el cansancio el miércoles durante el día. El miércoles por la noche, estaba frito. El jueves por la mañana, al médico, y de baja.

Teníamos muchas cosas previstas, de las cuales conservamos sólo la fiesta “kung-fu” del viernes, programada desde hacía mucho tiempo. Unos 15 invitados más o menos, incluyendo a Vassilis, que no es del kung-fu pero nos encanta invitarlo a nuestras fiestas, tan gracioso es. Todo el mundo se lo pasó pipa, según parece. Yo no lo pude comprobar tan bien, porque como casi todos fuman, estaban casi siempre en la cocina (el único lugar de nuestro piso donde es permitido fumar) con la ventana abierta, y entre el humo y el frío que entraba, pues me subió otra vez la fiebre y me quede como una gamba a la parilla caribeña: acurrucado, rojo y muy caliente en un rincón. Para recuperar, pasé todo el fin de en la cama, mimado por mi nene, todo el tiempo durmiendo, comiendo o mirando pelis. Una felicidad brutal…

En paralelo a todo esto, el miércoles también nos llegaron los papeles para el nuevo trabajo de mi amor. Así que ¡champagne! Empieza el 1 de marzo. Lo dejaré escribir un post sobre el tema si él quiere. Lo único que quiero contar es que, dado el cambio de puesto, ya no tendrá vacaciones, por lo cual tenemos que partir AHORA MISMO o esperar meses y meses… Pues, esta mañana, de vuelta al curro, conseguí coger los días que a mí me quedaban, y encontré en Internet un viaje que me parece un cuento de hadas: 10 días en la más hermosa isla de las Antillas francesas, en un centro especializado en vacaciones deportivas (UCPA, una asociación para los jóvenes, pero acepten también a los “adultos”) para aprender a hacer catamarán, kayak de mar y hacer senderismo en las islas. ¡Flipo, flipo, flipo! Un solo problema: la ida es el lunes 12 y tienen que confirmarnos si quedan plazas o no… Bah, si no hay, encontraremos otra cosa de último minuto en Internet. Pase lo que pase, ¡partiremos!