lunes, junio 25, 2007

Padres, hombres y alcohol

Tengo la cabeza como una sandia, y dentro siguen pulsando los beats de un after electro. Estoy en la oficina, sentado delante de la pantalla con los ojos inyectados de sangre, maldiciendo la naturaleza que me ha dado un estomago, porque este cabrón se revuelve en mi barriga como si intentara escaparse. Voy a por el segundo café y os cuento.

Mejor.

Este fin de vinieron mis padres a París. Son simpáticos, mis padres, cuando vienen aquí porque como les impresiona un poco la “gran ciudad”, no intentan dominar la situación como lo hacen en su propio hogar, y entonces los podemos llevar a cualquier parte y hacerles comer lo que queramos, siempre están de acuerdo (o no se atreven a decir que no lo están). Y este fin de les hicimos una temática vietnamita: 2 restaurantes el sábado, y yo les hice un bo-bun el domingo.

El sábado por la noche, al volver del restaurante, damos en la entrada del edificio con una nota de la vecina que tiene el piso justo arriba del nuestro, diciendo que hacía una fiesta de “calentamiento de hogar” (compró el piso hace poco y las reformas acaban de terminar). Nos dijimos que ¡joder, el único sábado que no podemos salir y pasar la noche fuera, iba a haber una fiesta con mucho ruido justo arriba, y toma para dormir! Y la verdad, podíamos oír música, voces y risas, y nosotros con los papis, mirando una peli tonta… ¡Qué frustración!

Después de la peli, pusimos los padres a la cama, cogimos una botella de vino y con dos (en fin, cuatro) cojones, subimos a la 8ª planta y decidimos intentar colarnos en aquella fiesta. Llamamos a la puerta, abrió la vecina un poco asustada, ya pidiendo disculpas por el ruido y todo, y Robin dice “Euh no, hemos venido a darte la bienvenida”, le enseña el vino y así entramos en la fiesta.

Nos divertimos muchísimo. Éramos un poco las guest-stars de la fiesta, cada cual nos decía “¡Oh, sois los vecinos!” y sobre todo había Etienne… Un grupo de 3 chicos de 25 años, dos de los cuales con su novia. Hubo buen rollo desde el primer momento, y cuando uno de ellos, Etienne (muy guapo, el pelo rapado, con unos ojos preciosos y una sonrisa de anuncio para pasta de dientes) me preguntó dónde estaba mi chica, le enseñé a Robin, se puso aún más simpático. Tres copas de ron luego, me explicaba que era bi y quería que le tocara la barriga (¡magnífica!) para demostrar que tenía “el ombligo raro” (¿raro?). Luego me pidió nuestro número de teléfono. Y luego su chica le hizo una crisis de celos (y la entiendo perfectamente), así que seguí hablando con una suiza muy divertida y muy interesada por nuestras experiencias de vida en pareja de tres… Volvimos a nuestro piso a las 3, completamente borrachos, con la secreta esperanza que Etienne no eche nuestro número a la basura y nos llame algún día...

Y anoche, después de haber acompañado a mis padres a la estación de trenes, salimos por Mariconlandia para ver a Lalo, que acaba de regresar de Nueva York, y su marido. Muy pronto se juntaron una amiga suya y su novio. Y de nuestro lado vino Alix, una chica del kung-fu, y ella a su vez dijo a Christophe (el jovencito de 20 años, él que la Rana bien conoce) de sumarse a la aventura. Era su primera vez en el ambiente, y era un poco nervioso, además no resiste mucho con el alcohol, y nos pasamos un poco, cada uno queriendo pagar una ronda e invitarlo. Empezamos con un bar muy tranquilito (el Amnesia), luego nos fuimos a otro donde hay más caña (el Open) y acabamos en el Raid, donde realmente se liga, y donde Christophe pudo ver el espectáculo del tío que toma una ducha en bolas. Estaba borrachísimo, y se partía de risa. Y por supuesto, todos los maricones alrededor estaban atraídos como por un imante. Y a Lalo se le caía tanto la baba que hasta ha escrito un post hoy sobre el tema su blog, en que nos sugiere de manera muy sutil traer al niño con nosotros la semana que viene a la gay pride, y sobre todo a la gran orgía alcohólica que tendrá lugar en el Marais por la noche.

Ay, Lalo, la próxima vez que Christophe nos pide un masaje cuando duerme en casa, te lo prometo, tomamos una foto y te la enviamos ;-)

viernes, junio 22, 2007

Referencias

Tengo algo que contar, pero puede resultar complicado. He intentado contar mi historia hoy durante el desayuno a mi compañera Anastasia, pero no le ha visto toda la gracia que le he visto yo. A ver si me explico con vosotros…

Empecemos con un flash-back…

Cuando tenía yo unos 3 o 4 años, mi madre, que había dejado de currar para criarme en casa, empezó a criar otros niños en casa, para ganar dinero, y también como no tengo hermanos, para no sentirme solo en casa.

Un día, llegó para vivir en la mismísima planta que nosotros, una mujer con sus dos hijos pequeños. Había huido de su marido, que la maltrataba. Estaba bastante perdida, sobre todo con los niños bastante traumatizados, que ya no querían comer, hacían pesadillas cada noche, y casi ya no hablaban. Además tenía que ir a trabajar. Entonces dejó los niños a mi madre.

Mi madre tiene algo con los niños, un don, algo mágico. En unas semanas, consiguió tranquilizarlos, hacer que volvieran a alimentarse, dejaran de llorar todo el día, dejaran de hacer pesadillas, etc. Su madre se hizo muy amiga de mis padres, y los niños empezaron a considerar que su casa era compuesta de dos pisos el uno al lado del otro. Y mi madre cuidó de ellos muchos años. Y durante todos estos años, yo mantuve una relación más cercana con el mayor de los hijos, que era como más sensible, más frágil. Y cuando yo tenía 15 años o algo así y él 11, hasta nos tocamos el pitillo y todo. En fin, lo normal supongo. No duró mucho.

Pasaron los años, su madre encontró a un tío muy majo, y se fueron a vivir a su casa, a unos kilómetros, justo al lado de mi universidad. Yo iba a su casa regularmente. Y cuando encontré a Robin, se los presenté y lo acogieron como si fuera lo más normal.

Luego se fueron a vivir lejos de París, pero en la misma región donde mis padres se mudaron después de jubilarse. Allí el hombre dejo a la madre de los niños. Hace 1 año, elle volvió a encontrar a alguien, pero resulta que es un borracho violento, y siempre hay gritos y mal rollo en la casa. El hermano menor se ha ido a vivir con su novia. El hermano mayor sigue viviendo en casa de su madre (lo que es raro en Francia a su edad).

Acaba de obtener el diploma de profe de deportes especializado en buceo y va a empezar a trabajar este verano en uno de los centro de la UCPA, la organización con la cual nos fuimos de vacaciones a Guadalupe este invierno. Por esta razón, cuando hacía años que yo ya no tengo contactos con él ni su familia, mis padres le dieron mi email para que me contactara.

Y ayer me envió un email para decir que tiene su diploma y pidiendo en qué centro UCPA en particular debe pedir su afectación y cuándo si quiere “tener la oportunidad de vernos”, como dice. No sé para vosotros, pero a mí me pareció increíble que este chico quisiera configurar su situación profesional inminente en función de si va a poder vernos o no cuando vayamos de vacaciones la próxima vez. ¿No? Sobre todo que, como le he contestado, no tenemos nada previsto de momento, ni sabemos adónde ni cuándo nos dará la gana de ir. No quisiera que pidiera su afectación en Guadalupe, por ejemplo, y que nosotros decidiéramos ir a Vietnam el invierno que viene.

Lo he comentado a mis padres, que me han contestado que el chico se siente bastante perdido con su entorno familiar, y que necesita “referencias masculinas, modelos”… Claramente sobreentienden que seríamos nosotros tales referencias. ¡Qué responsabilidad cuando no hemos pedido nada! Pero es muy alentador también…

Lo que me pregunto es si el hecho que seamos maricones tiene algo que ver con su decisión de dirigirse a nosotros como referencias…

jueves, junio 21, 2007

El cibertejido social

Hace ya algo como 2 semanas que no he dejado nada en el blog, y no tengo excusa por eso si no esta gran pereza que me ha cogido, y la vuelta del buen tiempo que hace que los compañeros en la oficina, me piden ir con ellos a comer fuera cada día.

Primero, para los que querían información sobre “el ruso”: el chico es muy majo, loco (pero nada más que todos los rusos) y tiene los dientes en tal estado que no me atrevería a poner ninguna parte de mi cuerpo en su boca, ni lengua ni nada más. Cuando sonríe, es cuando me digo que la seguridad social francesa es un buen sistema.

Ahora viene el tema de hoy. La semana pasada, leí un artículo en Le Monde sobre un sitio web llamado “Peuplade” (algo como “pueblo primitivo” o “tribu”) para “densificar el tejido social a nivel de barrio”. Me explico. Te creas un perfil, con tu dirección real para que el sistema pueda buscar tus vecinos y contestas a una lista de preguntas bastante originales, pero más o menos explicas que tipo de pequeños servicios podrías proporcionar a tus vecinos, o qué servicios necesitarías de ellos, entre otras cosas. El objetivo es por supuesto romper la distancia entre individuos que caracteriza las ciudades grandes como París, y crear esta “red de solidaridad”, que muy curiosamente ha sido el tema de mis lecturas estos últimos meses (recomiendo las obras de Pierre Teilhard de Chardin sobre el desarrollo de la “nooesfera”, sisisi, que predeciá en los años 30 que llegaría algún día un medio de comunicación de tal intensidad que la soledad desaparecería y se desarrollaría espontáneamente una nueva solidaridad entre individuos, sisisi, esto leo en el metro además de cuentos de vampiros).

Nos creamos perfiles en este sitio. Y ayer tuve mi primer mensaje de un vecino, diciendo que había visto la foto en que estoy con Robin, y proponía encontrarnos en vivo. Al cual contesté, pero haciéndole notar que su propio perfil era vacío. Me dije “ah, un vecino maricón que quiera hacer amigos, pero que es un poco perezoso en Internet”. Y hoy me contesta pidiendo una dirección de email para enviarnos su foto… ¡Creo que es sencillamente un vecino maricón que quiere hacerse un trío!

Joder, hasta en un sitio web cuyo objetivo no tiene nada que ver con el sexo, vuelven al ataque para el ciberligoteo… Prueba que la nooesfera todavía no ha llegado al estado adecuado de madurez.

Ah… y ¡esta noche es la fiesta de la música! Vamos a salir, beber y bailar en las calles hasta las tantas, y mañana toda Francia estará como zombies en el trabajo. Un día perdido para la nueva estrategia “trabajar más para cobrar más” de “la Francia que despierta temprano para ir a trabajar” de nuestro Reverenciado Presidente.

lunes, junio 04, 2007

Humor inglés

Las vacaciones in Espeín, tales como las ven los ingleses (nuestros gabachos).

viernes, junio 01, 2007

Estar cocinando

Me gusta cocinar para los amigos. De hecho, me gustar cocinar en cualquier modo, porque me relaja. Es mi forma particular de meditar, mi yoga personal. No hay nada como cocinar después del trabajo para aliviar las tensiones acumuladas en la oficina. Pero me gusta aún más cocinar para la gente a quien quiero. Me gusta darles de comer, ¡y que no les quede nada de hambre sobre todo! Me obsesiona tanto que les pudiera faltar algo, que suelo preparar demasiada comida, como Robin me lo recuerda a menudo.

No sé si es algo que he adquirido por la educación de mi madre, que siempre ha preparado toneladas de comida e insistía para que todos repitieran 3 o 3 veces de cada plato. O si es por algún aspecto femenino mío, debido a que sea maricón, pero es cierto que en lo de la comida, soy como las mujeres: expreso mi afección por la gente dándoles de comer. Y cuanto más los quiero, más grandes las cantidades.

Soy un desastre para el régimen de mis amigos.

Esta noche cocino tai, para dos compañeros míos. Son pareja, ella rusa y el inglés, jóvenes, guapos y divertidos. Y vienen con un amigo de ella, ruso también, que acaba de llegar a Francia hace poco, maricón, y con el cual ella quiere hacer de celestina (si he entendido bien sus alusiones que ella cree muy discretas). No creo que salga nada de este encuentro, por que no creo en los encuentros preparados, pero les daré mucho de comer, porque me parece muy tierno que tenga estas intenciones :-)

¡Ah, y la gran noticia del día es que acabo de descubrir que el verbo estar también existe en francés! Más precisamente: existía. Es el verbo ester, pero ahora sólo se utiliza en una única expresión fijada: “ester en justice” (estar en justicia), que significa lanzar un proceso, porque en el tribunal hay que “estar” (de pie) delante del juez.