miércoles, mayo 30, 2007

Rayos de sol

En medio de este día gris, oscuro y lluvioso, me acaban de alcanzar unos rayitos de sol para animarme un poquito. Estaba aquí, comiendo en la oficina, delante del ordenador, para no tener que salir fuera y resfriarme más que lo que ya estoy, cuando llegó un repartidor a entregar cajas de ordenadores. ¡Un tío absolutamente esplendido! Atlético, bronceado (¿medio árabe?), guapísimo y me regaló una sonrisa reluciente para saludarme. Y el compañero que recepcionó las cajas es este chico que hace de modelo, en paralelo de su trabajo de informático, para anuncios de ropa (para anuncios locales, porque si no, no necesitaría trabajar aquí, por supuesto), así que fue como ver el sol saludando la luna. Primero rayo de sol.

Y cinco minutos luego, me llama mi amor, jugando con el nuevo móvil, haciendo una llamada video, para comprobar que “estoy bien”. Segundo rayo de sol :-) Por supuesto, el altavoz de mi móvil estaba puesto mi alto, y Robin empezó a hablarme con vocecita de niño enamorado, con lo que los compañeros que se preparaban para ir a comer se dieron todos la vuelta de repente para ver quién me hablaba así. Los peligros del amor… jajaja

Mi rayo de sol constante es mi niño, en estos días de tiempo invernal: lluvias, frío y viento. Hasta que me resfrié, y ayer me dolía la garganta y sentía la fiebre empezar a subir, con lo cual decidí abandonar la idea de ir a la clase de boxeo. Cuando regresé a casa, mi nene me preparó un baño caliente, luego me preparó una sopa rica que comimos delante de unas de las peores películas del año (Ghost Rider) para ir a la cama pronto. Por eso me llamaba hoy para comprobar si “estaba bien”.

Por cierto, ¿ya habéis notado la influencia muy positiva que tiene la fiebre sobre la libido? Pues yo ayer sí lo noté :-)

lunes, mayo 28, 2007

¡No temas!

Finalmente, no había para tener tanta ansiedad antes del fin de.

El viernes, con el ex vecino, salió todo muy bien. Hay coincidencias divertidas en la vida: más o menos al mismo tiempo que nosotros cambiamos de piso, el se mudó al de sus padres, que se fueron, después de jubilarse, a vivir a la Guyana francesa, y este piso familiar, ¡resulta que está a 25 metros del nuestro!

Cuando le informamos que ahora somos alumnos del club de boxeo francés donde está también matriculado, no le desagradó, como lo temíamos. Bien al contrario, dijo que le encantaba y que iba a volver a acudir a las clases para estar con nosotros.

Al final, fue una velada muy agradable, que acabamos, un poco ebrios, en un restaurante muy bueno del barrio. Ahora, no sé si es por todas las copas y el vino que bebimos y que me entumecieron el cerebro, pero me parece que en varias ocasiones, hizo sobre entendidos de carácter un pelín sexual, pero no estoy seguro, porque como ya lo he dicho, estaba bastante borracho, y que de toda manera, siempre veo sobre entendidos sexuales.

Pero lo que más temíamos era la noche del sábado, con el club de kung-fu. Fue todo claramente raro: lo de tener que poner el uniforme cuando ya no hacemos parte del club, lo de ser nosotros miembros del jurado… Me di cuenta, mirándolos todos desde fuera, que la manera de practicar en este club es muy violenta. Ahora entiendo porque nos rompimos tantos dedos y costillas, y porque tuvimos tantos moratones y agujetas durante estos años. Un cinturón negro invitado y también miembro del jurado se puso de pie, en un momento dado, para gritar de “dejar de ser tan violentos”.

También el hecho de ya no formar parte del club nos permitió ver situaciones y tensiones anteriormente escondidas. Luchas de influencia. Manipulaciones. Es divertido como hasta un grupo tan pequeño puede llegar a ser un microcosmo en si mismo. Entre tales manipulaciones, nos enteramos que el profe había dicho a todos los alumnos que si ya no atendíamos las clases, era porque íbamos sobrecargados de trabajo estos meses… Por supuesto, fue todo un placer restablecer la verdad.

La conclusión es que todo fue finalmente mucho más divertido que lo previsto.

viernes, mayo 25, 2007

Ansiedad pre findesemanal

A veces ocurre que tienes planes para el fin de que te procuran ansiedad. ¿Nunca os ha pasado? Pues a mí sí. Prometimos hace un par de semanas hacer parte del jurado que, el sábado que viene, examinará los alumnos del club de kung-fu que quieren subir de nivel y pasar al cinturón siguiente. Teniendo en cuenta que ya no formamos parte del club, ya que hace un par de meses, lo dejamos de repente, por razones que no explicaré aquí porque os aburrirían.

Acabo de llamar al profe para confirmación y saber un poco sus planes: cómo va a organizar el examen, qué se hará después a modo de celebrar la cosa, etc.

¡Menos mal que haya llamado! Exactamente como Robin lo había predicho, el profe había previsto hacernos hacer un “pequeño combate” delante de los alumnos, es exactamente lo que no queremos. Estamos aprendiendo nuevas técnicas en el boxeo francés, lo que hace que durante 2 o 3 meses vamos a estar un poco patosos con estas nuevas formas y no es el momento en absoluto de ridiculizarnos delante de los que vamos a juzgar. Y de todos modos, ya tenemos bastante combates en las clases de boxeo, no queremos otros fuera de ellas. Lo he dicho al profe que no combatiríamos y ha dicho que vale, pero conociéndolo, me pregunto si es realmente de fiarse…

Y también, para después del examen, no tiene nada concreto previsto. No sabe si ir a tomar cañas (no hay ningún bar que no sea de mafiosos en el barrio donde está el gimnasio), ir a cenar (¿dónde?), ir a bailar (¿dónde?), ni con cuántas personas… Ya imagino muy bien un plan con 20 personas, de las cuales unas bastante de mal rollo por no haber obtenido el cinturón, hablando durante 2 horas para saber adónde ir y finalmente acabar en un antro de mala muerte… Y me imagino muy bien, con Robin, sacando a 2 o 3 de ellos, los que son más amigos nuestros, para huir discretamente e ir a cenar y tomar copas por las zonas donde solemos salir, dejando a los demás plantados.

Y para esta noche también, hay algo de ansiedad. Hemos quedado con nuestro ex vecino (del piso anterior), que no habíamos visto a ver desde hace 2 años, después de haber medio discutido a propósito de un chico con quien nos acostamos y él también. ¿Cómo va a ser el ambiente? Sobre todo cuando le expliquemos que ahora estamos en la clase de boxeo francés en que él está, pero que todavía no se ha enterado porque hace meses que no ha vuelto a tomar clases…

Pffff... todo esto puede resultar muy divertido o un coñazo terrible. Voy a necesitar alcohol y sexo para aguantar :-)

miércoles, mayo 23, 2007

Hacía tiempo

Hacía tiempo que no escribía en este blog. Por pereza, seguro. Y también porque desde marzo, estoy de trabajo hasta las cejas, y durante la pausa del mediodía, la que me solía proporcionar la oportunidad para escribir, tengo ganas de mirar otra cosa que la pantalla de un ordenador. Sigo con tanto trabajo, pero he decidido dar señales de vida :-)

Descubrimos muchas cosas nuevas, últimamente. Este fin de, por ejemplo, descubrimos a 2 nuevos cantantes que me encantan: a Mika (ya me imagino los comentarios de Tony, diciendo que hace siiiiiglos que todo el mundo lo conoce) y a Camille (¡jajaja, ésta, seguro que no la conocéis por allí!), gracias a Nico y François con quienes nos fuimos a pasar el puente de la Ascensión en Bretaña. Apenas de vuelta a París, el domingo pasado, descargué un album (¿el album?) de Mika y desde entonces lo escucho cada día en el metro (molan sobre todo “Love Today” and “Relax”).

Descubrimiento de Bretaña, porque era para nosotros la primera vez en nuestras vidas que íbamos por estas tierras célticas. Fue como una “introducción” a Bretaña, más bien, porque el alojamiento que alquilamos estaba en la parte más oriental, más cercana a París, cerca del Mont Saint-Michel y de Saint-Malo, la que los bretones de verdad (los que hablan bretón) llaman “gala”, porque la gente habla francés. Pues, aunque bretona sólo a mitad, ya nos gustó mogollón esta Bretaña gala. Lo que más nos gustó, creo, fue el hecho de estar de vacaciones con esta pareja de amigos. Porque en los casi 13 años que llevamos juntos, siempre nos fuimos de vacaciones los dos solitos, y empezábamos a estar hartos. No es que nos aburrimos los dos solos, pero hay que reconocer que siempre son más divertidas las vacaciones con amigos, ¿no? Te permiten hacer como hicimos: hablar de temas que si no, nunca te habrían venido a la mente, comer cosas nuevas (y para comer, ¡comimos!, hasta conseguimos hacer comer crepes 2 veces en un día a Robin…), emborracharte, reírte mucho, visitar sitios que si no te hubieran parecido no valer la pena, etc.

Definitivamente, las próximas vacaciones deberemos organizarlas con amigos. (De todos modos, para las vacaciones “de verano”, en septiembre, ya acordamos con Vassilis que las pasaríamos juntos en las islas griegas).

Descubrimiento tecnológico, porque las canciones de Mika, las escucho en mi nuevo teléfono móvil, el Nokia N73. Es toda una maravilla de tecnología, e incluye una cámara digital de 3,2 Mpixels y… me encanta jugar con él. Lo compré al mismo tiempo que Robin el suyo, un Sony-Ericsson K800i, que es más o menos la misma cosa. Mola hacer de ejecutivo geek :-)

Descubrimiento deportivo por fin, porque ya no practicamos kung-fu (aunque sigamos viendo a mucha gente del club, incluso Christophe, para los quienes sepan quién es…) y empezamos hace poco el boxeo francés. ¿No sabéis lo que es? Pues ir a ver este artículo que os explicara todo. Nos vamos acostumbrando a las nuevas técnicas. Este deporte tiene realmente muchas ventajas sobre el kung-fu, en particular que en el club de boxeo hay muchos más nenes guapos que en él de kung-fu ;-)

Después del inevitable periodo de silencio, volvimos a ver a Nalaka, el profe de kung-fu, que nos dijo que no estaba nada enfadado y que podíamos volver a practicar en su club de vez en cuando, si nos daba la gana. La verdad, creemos que quiere recuperarnos en el futuro. Su complacencia ha llegado hasta extremos un poco raros: el sábado que viene seremos “el jurado” para decidir del pasaje a los grados superiores de casi todos los alumnos del club… Estoy muy curioso por ver el ambiente durante el examen, y también durante la fiesta que habrá a continuación…

Ah… y una última cosa: ¡os he echado de menos!