lunes, julio 31, 2006

Fraggle Rock

Hoy no entraré en la habitual recapitulación findesemanal, que como ya sospechareís ha involucrado dormilonas, compras, comiditas en restaurantes chulos, cocteles en terrazas y picnics con amigos.

Hoy sólo compartir con vosotros el buen rollo que me trae cada mañana en el metro los carteles, en algunas estaciones, anunciando una serie de concierto (en un local no muy lejos de casa, fijate tú) de un chico absolutamente desconocido, teniendo en cuenta que hace más de 2 años que ya no tenemos la tele, el hecho que no nos suena un artista no significa tampoco que esté completamente desapercibido en lo que aquí se llama el PAF (Paisaje Audiovisual Francés), que en los comics francés, es el ruido que hace una hostia cuando te llega en la cara (cf. Asterix y Obélix).

Este chico se llama Akli D (¿por qué este D suelto? ¿para diferenciarlo con los prototipos anteriores Akli A, Akli B y Akli C?). Tiene muy buena cara, una cara de tal satisfacción que da la sensación que la barriguita de la felicidad le ha subido hasta las mejillas. Aquí va el cartel del metro:

A mí, el chico me recuerda muchísimo a los Fraggle Rock. ¿Pasarón también en la tele en España? No sé, me pone muy de buen humor y me da ganas de sonreír cada mañana:

En fin, no es por eso que iremos a su concierto. Seguro que es muy rollo.

viernes, julio 28, 2006

Imperativos

A veces la lingüística y las lenguas nos reservan sorpresas insospechadas. Por ejemplo, ayer en mi trabajo estaba buscando informaciones sobre la construcción del imperativo en alemán. ¿Por qué? Pues, porque soy lingüista computacional, que no es una neurosis, pero significa que estoy justo en la frontera entre la programación informática y la lingüística. Ya, ya noto desde aquí que algunos dudaban que existiera tal frontera, que sería como decir “la frontera entre España y Tibet”, pero sí, este es el scoop de hoy, existe. A no ser, ¿cómo creéis que Word podría subrayar vuestras faltas de ortografía de rojo, y las de gramática de verde? Pues porque lingüistas computacionales programaron miles de reglas explicando a Word lo que son la ortografía y la gramática castellanas (y francesas, e inglesas, y alemanas…).

Y ¿nunca habéis oído hablar de la traducción automática? Pues yo trabajo en eso. Dentro del equipo que desarrolla toda la familia de traductores automáticos de Systran, soy uno de los encargados con programar las reglas que permiten pasar de una lengua a la otra. Bueno, no entraré en los detalles que el rollo es bastante complicado. Y vale, sí lo sé: la traducción automática traduce fatal, pero es que la tarea es monstruosamente difícil.

Bueno, total que ayer estaba buscando cómo construir frases alemanas con un verbo imperativo, y buscaba ejemplos como “sag” (que es el imperativo de “sagen” = decir). Y veo que Google me devuelve algo en www.youtube.com. Lo que me llama la atención, ¿un video? Entonces le doy al vínculo y descubro… ¡un nuevo mundo de la moda erótica!



Descubro los términos ingleses “sag” y “sagging” que describen el hecho de llevar los pantalones muyyyyy bajos y enseñando la ropa interior, que es una moda nacida en EE.UU. (¿cómo no?) en las escuelas segundarias en los 90 por los skaters, y que hay todo un rollo muy desarrollado alrededor del tema, hasta con sitios web completamente dedicados al tema. Lo mejor es leer el artículo en Wikipedia.

Y me quedé alucinando en colores. Porque me parece de un ridículo consumido, estar así todo el tiempo con los pantalones a punto de caerse. Pero también porque confieso que encuentro los saggers a menudo muy sexy, no hay que esconderlo. Pero sobre todo me pregunto qué les pasa por la cabeza a estos chicos que son presupuestamente héteros pero a quienes les mola este rollo exhibicionista que conlleva un cargo homoerótico muy fuerte…

En fin, como veis, muchas preguntas. Y ya está, sólo quería compartir con vosotros la información que los temas más aburridos (lingüística alemana) pueden llevar a pegarse un calentón y pasar un poco vergüenza cuando de repente aparece en la pantalla un chico enseñando su culito, en medio de la oficina y con todos los compañeros para presenciarlo…

martes, julio 25, 2006

Diente de león

Soy un vago. Pero un vago que muy vago. Hace más de una semana que no he escrito nada. Pero hace tan buen tiempo que cada medio día (momento en que suelo escribir), en vez de ir a comer rapidito y volver para dejar un post, me compro un bocadillo o una ensaladita y frutas, y me voy a comer fuera, a tomar el sol que tanto me hará falta durante el invierno.

Pues el evento más impactante de los 10 días pasado ha sido que arrancaron a mi león salvaje una muela (gracias Achilipum) del juicio. Era la primera vez que le sacaban un diente, fuese cual fuese, y no le gustaba mucho la idea. Hubiéramos debido celebrar el evento con champagne pero le dijeron que no, que nada de alcohol ni alimentos sólidos. Sólo pudo comer helados hasta el día siguiente (que no está mal tampoco), así que le llevé a cenar una copa de helados a una terracita cerca de casa, mientras yo comía algo más normal, y como me había quedado con ganas de helados yo también, nos detuvimos para comprar super helados de chocolate Lindt de camino a casa.

El momento con suspense fue justo después que el dentista le arrancara el diente, mi nene hizo un choque alérgico al anestésico, y se quedo frito en el sillón, mientras el dentista panicaza intentando despertarlo y le preguntaba muy enfadado porque no le había dicho antes que era alérgico, a lo cual mi nene contestó que no lo sabía puesto que era la primera vez que le sacaban un diente. Ahora entendemos todos porque los dentistas no son médicos: porque son demasiado estúpidos, jajaja!

Fuera de estos acontecimientos, pues no hay mucho que contar. Otra vez el kung-fu el miércoles en los bosques, un par de cenas tranquilitas en casa con amigos griegos, italianos, mexicanos y alemanes (no todos juntos), y el domingo un picnic en La Villette con 2 italianas y amigos del kung-fu antes de ver “A Fish Called Wanda”, con que me meé de la risa por supuesto.

Ah, ¡qué dura y estresada la vida parisina!

lunes, julio 17, 2006

Tradiciones

Un fin de bajo el signo de las tradiciones.

Tradición popular. Cada 13 de julio, víspera del 14 obviamente, el 14 siendo fiesta nacional francesa, la tradición quiere que todas las casernas de bomberos de Francia organicen el "baile de los bomberos" (bal des pompiers en versión original). Los días antes los bomberos venden billetes de lotería en la calle, y con el dinero recogido organizan estos bailes y se compran cosas durante todo el año. Los bomberos son los últimos ídolos de los franceses porque son nobles, valiosos, abnegados y super calientes, así que la gente da dinero sin pensarlo 2 veces, y acude a los bailes. Estos dan lugar a 2 "cazas" paralelas: la de las chicas que quieren seducir a un bombero, y la de los bomberos que quieran follarse alguna chica. Suelen coincidir bastante bien pero de una forma extraña, los bomberos más guapazos con cara de ángeles y abdominales hasta las cejas suelen acabar enrollándose con rubias gorditas y bastante ordinarias… Misterios de la naturaleza… Estos bailes tienen lugar o en las casernas, o en las plazas públicas. En paralelo, en una zona de las orillas del Sena, hay el "bal gay" en plan discoteca al aire libre y una concentración inverosímil de maricones poco vestidos moviéndose al ritmo de la música cuyo volumen debe ser la pesadilla de todo el vecindario. Quisimos enseñar todo esto a Vassilis. Cenamos juntos por el centro e hicimos camino hasta la zona tradicional del bal gay pero ¡na de na! Este año parece que no lo hicieron. Y tampoco encontramos ningún bal de bomberos en camino. Dos tradiciones que se pierden, ¡qué lástima!

Tradición militar. El 14 de julio, la mili francesa hace desfile en los Campos Elíseos, delante del presidente de nuestra república bananera y del buen pueblo emocionado. Como cada año, no fuimos a los Campos Elíseos, que no nos apetece nada que nos aplaste medio millión de personas a punto de desmayarse por el calor sobre el asfalto. En vez de esto, cogimos el tren para ir a pasar el fin de en casa de mis padres. Mi padre, que fue bombero de París durante 3 años cuando era joven (¡Dios, qué morbo!), miró el desfile en la tele.

Tradición culinaria. Mi madre intentó matarnos por exceso de comida, como cada vez. Todo muy bueno y demasiado abundante, como de costumbre.

Tradición veraniega. Mis padres viven en la región de los castillos del Loira. No hay el mar, pero hay el Loira y otro río que se llama el Cher. Y nos fuimos el sábado a pasar un día de picnic en una playa del Cher, en un pequeño pueblo medieval. Nadamos mucho, comimos bastante, echamos una siestita a la sombra, y nos quemamos Robin y yo, un poco con el sol.

Tradición lúdica. Mientras dormíamos la mona, mis padres, con una de mis tías y mi primo y su mujer que se habían agregado, jugaban con naipes al Tarot. Gracias a Dios, esta vez, por la siesta y nuestro afán náutico, no tuvimos que compartir estas actividades.

Tradición familiar. El sábado por la noche, mis padres se pelearon, por tonterías como de costumbre, algo de si habían puesto botellas de agua a enfriar en la nevera o no. Mi padre le contestó tajante a mi madre, que puso voces y se fue a la habitación llorando. A la mujer de mi tío le tocó tranquilizar a mi madre. Yo de esto ya pasó, estuve de turno durante 20 años y ya basta con cuidar ancianos malcriados, jajaja :-)

Tradición logística. El domingo después de comer, cogimos el tren de vuelta para París. Y como de costumbre en Francia, el aire acondicionado no era ni siquiera para mencionarlo, aunque hiciera 38 grados fuera. La gente en el tren me hacía pensar en enormes y extrañas copas de helado desmayándose. Menos mal que tuviéramos abanicos (de papel cartón pero ya es mejor que nada). En el metro aún peor. Se parece a una olla de vapor.

Tradición china. Para aprovechar la noche calentita, salimos a la calle para ir a tomar el aperitivo. Bajamos a Belleville a refrescarnos con mojitos que me hicieron perder un poco mi sentido del equilibrio y despertaron un apetito que no me esperaba. Así que encontramos un restaurante chino con mesas en terraza y nos zampamos un menú completo de pato laqueado.

Tradición china bis. Esta mañana Robin despertó mareado y con nauseas. Creo que el pato laqueado no era muy fresco.

jueves, julio 13, 2006

Sadomasoquistas

Anoche se organizó la primera sesión de "los alumnos motivados del club de kung-fu siguen entrenando durante el verano mientras el profe se lo pasa pipa de vacaciones en la India". Bueno, pipa, pipa, no sé: justamente ayer recibimos un email suyo contando sus primeros días allí, que es un poco como me lo imagino: muy espiritual, muy sucio y que no puedes dar ni un paso a la calle sin que te asalten docenas de niños pidiendo dinero (¡toma culpabilización!). Y además con los atentados que hay estos días, él y su novia van un poco acojonados ya.

Total que en julio y agosto, no hay clases de kung-fu, justamente cuando más necesitariamos deporte para conservar los beneficios de tantos esfuerzos durante todo el año. Y también hay que contar con que en septiembre, cuando vuelva el profe, empezará por 3 semanas de lo que llama "vuelta a ponerse en forma" que es muy en plan militar, y lo peor es que cuando tienes un nivel un poco alto, nunca te puedes rendir porque tienes que pretender a la cara de los principiantes que todo esto lo haces sin ni siquiera sudar, cuando tu único deseo es quedarte enrollado en ovillo en un rincón durante los 3 días venideros.

Entonces, un grupo de 6 o 7, decidimos seguir practicando entre nosotros al mínimo 1 vez a la semana, el miércoles en el Bosque de Vincennes que está pegado a París (madrileños: imaginaros Lago pero sin piscinas). Y como somos los más avanzados, gestionamos el evento, dado que preferimos decidir nosotros mismos lo que va a hacernos sufrir a que lo decida alguién otro.

Pues ¡vaya paliza nos dimos! Quisimos hacerlo bien y con responsabilidad, en plan vamos a repasar todas las patadas que conocemos, y hoy me duelen las piernas que es un desastre subirme las interminables escaleras del Arco de La Défense... También hicimos los chulos enseñándoles a los demás una serie de ejercicios para los abdminales que descubrimos en un programa americano (creo que ya hablé de aquello). Esto ya va mejor porque como los hacemos cada día, nuestra barriga los aguanta ya, pero como moló verlos todos tendidos en el suelo gimiendo "¡arf!" y "¡urgggg!" jejeje

Como recompensa hicimos picnic (ya lo sé, debe ser el número 20 desde hace 1 mes, pero ¿por qué cambiar una formula que gusta?) y volvimos a casa casi a medianoche, tal y como habíamos ido, es decir: en bici (¡joder! ¿por qué hicimos tantas patadas?)

miércoles, julio 12, 2006

Determinación

En septiembre, iremos de vacaciones a Marruecos. Más precisamente, a Marrakech, donde la madre de Robin compró una casa para reformar el año pasado, y parece que las reformas deberían estar acaba este verano. Yo me ilusiono muchísimo por el viaje, dado que nunca he ido a Africa.

Pues bien. Resulta que para ir allí, necesitamos pasaporte. Pero el mío caducó hace unos meses y tengo que volver a hacer uno. Y puesto que vivimos en París, y que París siempre quiere estar más guay que los guays, desde hace 6 meses, la prefectura de policia parisina sólo entrega pasaportes biométricos, de los modernos estos impuestos por los EE.UU., y que el procedimiento es un pelín más complicado que antes.

Entre otros papeles, necesito justificar de mi domicilio, y para esto sirven las facturas de luz, gas, teléfono, etc. Así que pensé utilizar la del teléfono que es la única a mi nombre. Pero como France Telecom es muy guay también, desde hace 1 año me han pasado la factura a factura virtual, que es un archivo PDF que recibo por email. Y como la administración policiaca y la telefonica no son guays del mismo modo (¿o es que habrá competencia a quién será el más guay?), imprimir esta factura virtual con la impresora de uno no vale para el papeleo administrativo. Con lo cual decidí esta mañana llamar a France Telecom nada más llegar a mi despacho con las 2 metas siguientes:
  1. Pedirles que me envíen una versión impresa oficial de la última factura.
  2. Pedirles que den de baja de la factura virtual y vuelvan a enviarme facturas normales por correo a partir de la próxima.

¡Necesité 47 minutos para conseguir estas metas! pasando por las fases siguientes:

  1. Llamar al servicio cliente desde el teléfono de mi despacho, y esperar...
  2. Hablar con un chico para explicarle mi caso, y me dice que me pasa otro servicio.
  3. Esperar que me coja el otro servicio...
  4. Hablar con una chica que no entiende porque quiero hacer todo esto dado que "basta con imprimir tu factura", aunque le diga que ya he hablado 3 veces con la administración y que dice que no vale, la chica se empeña. Yo también. Finalmente me dice que de toda manera, no puede hacer nada porque ella es de la oficina de La Défense (donde trabajo) y que tengo que llamar a la oficina de París.
  5. Apuntar el nuevo número y colgar.
  6. Llamar a la oficina de París y esperar...
  7. Hablar con un chico y volver a explicar todo el rollo desde el principio. Me dice que él sólo puede hacer la mitad de lo que pido (i.e. darme de baja de la factura virtual). ¡Pozi, hazlo ya coño!
  8. Esperar mientras hace cosas misteriosas con su ordenador...
  9. Esperar mientras me pasa a otro servicio para obtener un duplicata de factura...
  10. ¡Esperar mucho!
  11. Hablar con una chica, que me dice más o menos la misma cosa que la chica del étapa 4 (me pregunto si es un clone de la chica de La Défense...), volver a explicar todo, justificar, discutir, hasta que diga que lo hace.
  12. Esperar mientras ella también hace cosas misteriosas.
  13. Y ¡ya está!

Durante toda la operación, veía la mirada admirativa de mis compañeros delante semejante determinación. Y cuando uno me preguntó si iba a dejarlo (fase 10), le contesté que no, que tal vez hacían esto para despistarme y que abandonara antes del final, pero que yo, estando en el trabajo tenía 8 horas delante mía para joderles la vida, ¡jajaja!

Como dice la moraleja del Liebre y la Tortuga (no sé si las fábulas de La Fontaine han viajado fuera de Francia...) :

Patience et longueur de temps font plus que force ni que rage.

lunes, julio 10, 2006

Zidane me recuerda a…

A mi nene. Pozi. Sobre todo desde este fin de, que le he rapado otra vez el pelo. Pero la similitud va más allá del (no) corte de pelo, es más algo del carácter. Ambos son muy varoniles y muy tranquilitos, muy apaciguados, hasta que les entré una rabia de estas de cuando un cretino les da demasiada lata durante un rato demasiado extenso. Se enfadan de repente, y como no tienen mucho espíritu de respuesta verbal, tienen tendencia a contestar físicamente. Y como tienen la sangre caliente, hacen tonterías. Pero en el fondo son personas muy buenas, no hijoputas como otros.


Esto será la conclusión de la velada de anoche, pasada en este bar-restaurante de al lado de casa, con la madre de Robin y su marido, cenando frente a la pantalla con mucha (demasiada, considerado el tamaño del local) gente super entusiasta. Yo no conozco nada de fútbol pero me pareció que los blancos jugaron mucho mejor que los azules. Me alegro leer esta mañana que en El País están de acuerdo.


A parte de esto, el fin de muy tranquilito. El domingo a mediodía comimos con Christine, una ex profe mía de la universidad que es muy buena amiga desde hace años, y su marido. Y el sábado lo pasamos enteramente en casa, poniendo orden en el ordenador, y sobre todo, en lo que me toca, descubriendo como codificar videos para poner flujos de streaming en la web de nuestro club de Kung-fu (como estoy muy orgulloso, podéis ir a mirar allí y allí).


Y porque también para vuestra mayor delectación, aquí vienen 2 videos más que hizo Robin desde la ventana de la cocina. (hay que esperar un poco que se carge).




Cielo parisino





Atardecer sobre París

viernes, julio 07, 2006

Días de cine

Esta es una semana movidita, que ya empezó el martes yendo a cenar a casa de Emma (que preparó unas tortillas de patatas y de espinacas de puro vicio) y con Maria (autora de una maravillosa escalibada). Hablando mucho del libro de P. Baudry sobre los franceses, de nuestra retención sadicoanal, de la vida en París, de las culturas implícitas y explícitas, de lo retorcida que es la cultura implícita francesa, pero notando también que la cultura española también tiene lo suyo en cuanto al implícito.

Es que en las culturas antiguas/europeas/implícitas hay muchas de los que llamamos las evidencias invisibles, que son como normas de las cuales los autóctonos ni siquiera están conscientes, y que puede desestabilizarte mucho cuando vienes de fuera.

Una norma de estas que tenemos en Francia es que hay que ser cínico. Los que no lo son, son considerados como unos gilipollas tragaselotodo, seres no muy por encima de los disneyamericanos en la escala de la evolución. Por eso, si un español dice por ejemplo que “ayer pasó una noche de puta madre con sus amigos”, en el peor de los casos, se lo considerará un cretino (piensa realmente lo que dice), y en el mejor, un mentiroso (lo dice pero no se lo cree ni él mismo)…

Una norma social española escondida de manera parecida, es la obligación de servicio. Los españoles intercambian propuestas de “servicios” todo el tiempo (“dame tu teléfono, nos llamamos y quedamos”, o “te llevo a tal sitio en mi coche”, o “mi casa es tu casa”), hasta con desconocidos encontrados en un bar una noche de borrachera. Y la norma quiere que el otro o decline la propuesta, o haga como si se lo tomara en serio pero sabe muy bien que era sólo para ser agradable. Recuerdo los primeros tiempos que vivimos en España, con esta impresión que los españoles eran tan serviciales que era casi un cuento de hadas, y aceptando por supuesto todas las propuestas, resultando por lo mismo bastante pesados y groseros. Muchas gracias a todos los que no se lo tomaron a mal y son ahora de nuestros mejores amigos (¿eh, Rani? jejeje, disculpa, con demora, pero disculpa).

Se volverá a hablar de estas normas en otros posts…

El miércoles, ni siquiera lo menciono, que no quiero amargaros, jejeje, pero nos cansamos bastante la voz gritando “On est en finale !” y “Mais ils sont où les Portugais ?”

Y anoche estrenamos la sesión 2006 del cine al aire de La Villette, con un picnic en el parque, sobre el césped recién cortado que daba la sensación de tumbarse sobre una moqueta espesa y fresca, que aliviaba mucho con lo pesado que era el aire en este ambiente de tormenta. Cayeron una gotitas, y tuvimos relámpagos hasta bastante entrada la noche, pero finalmente no llovió más que 5 minutitos, que era sólo para refrescarnos después de cenar y antes que la peli empezara.

Echaban “Los hermanos Grimm", que todo el mundo dijo que era una mierda, pero yo opino que es muy buena. Me encanta como consiguen hacer sobresalir esta sensación que hace poco (200 años) quedaban muchísimos aspectos de la Edad Media más remota (casi prehistórica) en la vida cotidiana de la gente del campo. Lo que, si uno conoce un poco de historia, resulta muy acertado. En fin. Además como soy un público bastante infantil me encantan los efectos especiales, los cuentos y las leyendas, y me gusta el humor pesado americano. Con lo que me lo pasé pipa.

lunes, julio 03, 2006

Deportistas

Ha sido un fin de bajo los auspicios del deporte. Bajo mucho sol también, que finalmente parece que se han instalado las temperaturas veraniegas. Lo que está de puta madre, sabiendo que esta semana empieza la operación “cine gratis al aire libre”, como cada año en el parque de La Villette. Va a ser un verano de mucha bici, muchos picnics y muchas pelis tumbados en el césped.

El fin de empezó con el “picnic de fin de año” del club de kung-fu, el viernes en los jardines que tanto nos gustan al borde del río. Siempre hay mucha gente y de buen rollo allí. Será por la música supongo, que dicen que apacigua las almas: clases de tango por aquí, de salsa por allá, un pequeño grupo de jazz-fanfare un poquito más lejos, y nosotros sentados debajo de un sauce, unos cuantos del club, los que no se han ido de vacaciones todavía. Hasta muy entrada la noche, y que decidamos acercarnos aún más al río. Uno del grupo, completamente borracho, enseñando dedo a 2 capoeiristas africanos, tensión, y enseguida relajación porque hace demasiado buen tiempo como para enfadarse. A las 3 de la mañana, después de haber recargado las municiones (vinos, cervezas, ron), montamos un pequeño partido de fútbol, primero con una pelota de tenis, que muy pronto se cae en el río, así que seguimos con una botella de Fanta vacía. A las 4 y media, decidimos volver a casa y cogemos el bus de noche con Christophe y Lancelot (los dos guapetones atléticos del club), dejando a los demás jugar y beber hasta las 7 de la mañana.

El sábado decidimos ir de rebajas. Pero primero nos hicimos con unos vídeos que Robin encontró, vídeos californianos de gim: tener cuerpazo con 40 minutos al día. Son una serie de 5 vídeos de 8 minutos cada uno: abdominales, brazos, piernas, nalgas y estiramientos. Nuestras piernas y nalgas ya están bien, y los estiramiento los hacemos mucho más avanzados que los del vídeo, entonces nos fijamos en los abs y los brazos. Los ejercicios parecen fáciles al verlos, pero aseguro que al hacerlos es otra historia! Luego, vestidos con ropa ligerita y con chanclas, empezamos un largo paseo hacía el centro, a ver lo que pasaba en las tiendas de ropa. Sin prisa, tranquilamente, con pausas en terrazas para rehidratarnos por supuesto. Llegados a Rivoli, dado el calor, optamos por ir al BHV, que allí al menos hay aire acondicionado. Como sólo son los primeros días de rebaja, todavía no había mucha cosa interesante. Todo muy caro. No encontramos nada que nos gustó. Salimos sin comprar nada e hicimos rumbo a una tienda de helados Berthillon (para los que vienen a París en verano: eso es lo más chic, jajaja): frambuesas y mango, pera y albaricoque. Luego, nos fuimos a tomar café en casa de JL. El pobre no podía salir, puesto que estaba de reserva hasta las 9 de la tarde. Y allí recibimos mensajitos de los del kung-fu, porque se montaba un plan de ir a ver el partido de fútbol juntos en un bar. Paso los detalles logísticos. Acabamos una docena en una brasserie cerca de nuestra casa, nuestra favorita, ingiriendo una dieta muy sana a base de cervezas y cacahuetes, gritando y haciendo la ola durante todo el partido. Fue toda una sorpresa, y además muy buena, ver a nuestros “viejos” ganar a Brasil! Salimos todos muy contentos y decidimos volver al mismo local para el próximo partido del miércoles que viene, contra Portugal. No sé si ganará Francia, y no importa mucho en el fondo, lo más importante es estar con los amigos y gritar todos juntos.

A continuación, como andábamos entre dos luces por tanta cerveza, no salimos a celebrar la victoria con los más jóvenes. Volvimos a casa y miramos la peli “Krampáck”, que yo pensaba que iba a ser bastante mala y al final me gustó mucho.

El domingo fue de dominguear. Levantarnos tarde, otra vez los vídeos de abdominales y de brazos, ir al mercado a punto de cerrar y recuperar lotes de frutas y verduras (una caja de pepinos y otra de mangos por 1€ cada una). Ir a comer una ensalada en la terraza de la misma brasserie que la noche anterior, dar una vueltita al sol y regresar a casa para echar una semi-siestita delante de una peli de ciencia-ficción, y preparar una escalibada para la cena.

Leyendo el periódico esta mañana, veo que en Madrid habéis sido 1 millón y medio para el Orgullo. ¡Qué guay! Supongo que os lo habréis pasado de puta madre y que estaréis todos bastante cansados ahora, jajaja :-)