miércoles, enero 31, 2007

Esplendor y miseria de las cortesanas

No sé si lo habéis notado también, o si es algo sólo nuestro, algún tipo de manía, pero me parece que desde hace varios años, y cada vez más, se van poniendo de moda las pelis X gays con tíos que no se empalman.

No soy ningún especialista del género, y no podría realizar un estudio diacrónico del fenómeno. Mi humilde opinión es que empezó con las pelis americanas de los 90, tipo Falcon, llenas de tipos caraculos padeciendo dismorfía muscular con los músculos llenos hasta reventar de agua y substancias anabolizantes, que luchan contra una profunda desmotivación para conseguir empalmarse lo suficiente para darse por el culo. El proceso de remotivación incluye sistemáticamente una fase llamada (por servidor) de “tap-tap”, por el ruido que hacen dando golpecitos con su enorme (pero blanda) polla en varios lugares de sus compañeros de juego (el tap-tap en la cara parece que es lo más) o hasta, como pudimos ver una vez, en varios muebles del entorno. Cuando estén lo suficientemente (y es muy relativo) empalmados proceden a su oficio (hacen tal cara de funcionarios yendo a abrir su ventanilla…), entran, y te das cuentas que varias veces durante el trocito de tiempo que dura la cosa, hay varios cortes porque obviamente, se les cae la mayonesa y tienen que hacer una pausa para volver a ponérsela dura.

Bueno, esto más o menos puedo llegar a entender. Poniéndome en los zapatos de los actores por supuesto. Son todos más feos que la leche, tienen cuerpos ridículos y el mismo poder de expresión facial que un cadáver botoxado. Además, seguro que hacen una peli tras otra y que acaban estando hasta el culo (jeje) de hace guarradas con sus camaradas. Los que no entiendo, son los clientes que compran estas pelis. Es como comprar (caro) un documental sobre los elefantes de mar intentando copular. En fin…

Pero lo peor son las nuevas tendencias actuales. Las de “pagamos caro a unos heteros y aceptan hacer cosas delante de la cámara”. Mejores ejemplos: Corbin Fisher en EEUU, y Jean-Noël René-Clair (JNRC) en Francia.

Las de Corbin Fisher son siempre en plan: os presento a X y Y, estudiantes (o humildes trabajadores de WallMart), completamente heteros, y hacemos una subasta para saber a partir de cuánta pasta están de acuerdo para follar, y para hacer qué. Cada vez, y por precios ridículos, acaban por supuesto dándose por el culo.

Primero, me parece increíble que un hetero acepte chupar o que le den por tan poco dinero (alrededor de 100 dólares como promedio).

Luego, siendo heteros, se besan mucho mucho, me parece.

Y finalmente, no parecen muy motivados. De hecho, muchos de ellos tienen serios problemas para empalmarse. Hay algunos que sí, y que hasta se corren mientas les dan, pero estos, creo que son maricones de toda manera.

La verdad es que no entiendo muy bien. En estas pelis, los tíos parecen bastante de acuerdo, se ríen en plan muy camaradas, se chupan, se laman el culo, se dan por el culo (cuando consiguen empalmarse) y sin embargo casi no se empalman. Yo, ni por 100€ me acostaría con una chica delante de una cámara, y no estaría muy de acuerdo para que apareciese en una peli que demuestra que no consigo empalmarme y que miles de personas me vean en una situación tan ridícula.

La otra tendencia aún más increíble, son las pelis de JNRC. Empezó haciendo pelis en que iba a ver bomberos de París, o futbolistas, o rubgbymen, o militares, y los pagaba para que se hicieran una paja. Primero es muy aburrido a mi gusto. Luego se ve que los tíos muy a menudo tienen que fijarse mucho en una pantalla al lado echando una peli X hetero. Tardan en correrse los pobres, se sacudan el pitillo, se empalman, se desempalman, sudan… Da pena. Pero luego JNRC pasó a un nivel superior. Se fue a los países del este, donde realmente necesitan pasta, encuentra jóvenes tíos, muy a menudo con cuerpos de dioses y muy guapotes de caras y les propone dejarse chupar por un maricón, o darle por el culo. ¡Y realmente es una miseria! Pollas blandas, miradas de pánico, gestos de asco, idas y vueltas interminables para follar a la marica (suele ser bien fea), el cuerpo cubierto de sudor, como cuando uno se esfuerza mucho en un ejercicio físico desagradable. Y por supuesto, casi siempre sin condón.

Qué pena que nos excitemos mirando a estos pobres tíos en pleno desamparo, intentando hacer lo que puedan para conseguir un poco de pasta (¿para su familia?), un espectáculo de humillación total. ¿Da morbo?

Y finalmente lo último: las más recientes pelis de JNRC (tipo “Irresistibles”). Todos los protagonistas son claramente maricones. Son todos jóvenes (20 añitos a primera vista) y guapos como angelitos (más guapos que los de “Bel ami”), con cuerpazos y pollas de leñadores canadienses. Y cuando follan, pues la misma cosa. Tardan horas en empalmarse. Parecen motivados una mierda. Se la ablanda en plena acción. Y sobre todo, punto común a todas estas pelis (desde los años 90): ¡el pasivo nunca se empalma!

Pues yo digo no, ¡basta ya! Dadnos pelis en que los tíos sean más normalitos pero ¡qué se vea que tienen ganas de follar! Que se empalmen, que se corran mientas se follan, que el pasivo se empalme, etc.

Menos mal que haya algunas así todavía: las de Cadinot. Además de tener un guíon de verdad con una historia, se ve que los actores disfrutan. Las más recientes en Marruecos son muy divertidas, los jóvenes árabes son guapísimos y hay algún que otro que no puede aguantarse y se corre antes de la hora. ¡Muy realista!

Ahhhhh… el refinamiento, la clase francesa… ¡Champagne! Jajajaja

martes, enero 30, 2007

El ritmo de la noche

Duerme cuando mueras. Así rezaba el anuncio de no sé qué marca de bebida alcohólica fuerte hace unos años. Pues este fin de nos morimos. ¡Y por fin descansamos!

Para los que leen este blog con frecuencia y que apuntan en un pequeño cuaderno (¿de moleskine?) especialmente reservado a este efecto las varias peripecias nuestras para poder comentarlas más a gusto, y con todo lujo de detalles, en los foros Internet dedicados a servidores (euh… ¿no hay? ¿estáis seguros?), pues estos se habrán dado cuenta que desde el martes de la semana antes de la semana anterior, no tuvimos ni un día libre. Cada noche, deporte o amigos, fuere lo que fuere, teníamos algo que nos impedía acostarnos temprano y descansar. A tal punto que a finales de la semana pasada, me dormí dos veces en el trabajo. Así, sin más, sentado delante de la pantalla y programando, los ojos que se cierran, la cabeza que baja, 1 segundito de oscuridad, y me despierto de repente.

El viernes salimos a Mariconlandia, para el cumple de Lalo. La vieja drogadicta cumple 28, la pobre (cito extractos de su discurso), y va a necesitar usar cremas antiarrugas (menos mal que trabaja en L’Oréal, tendrá ofertas) y dentro de poco cirugía estética. ¡Sin hablar de alzheimer!, le contesté, mira que ya estás perdiendo los estribos: ¡ni siquiera nos has hablado de operarte para quitar la celulitis! ¡Estuuuuuuupida!, me gritó la dueña, y me tiró su collar de perlas a la cabeza. Cenamos tranquilitos en un italiano fashion del centro, después de haber aprovechado (¿abusado?) del japi jauer en el Open Café, y seguimos devorando la pasta lubricando con botellas de prosecco.

No fue tanto de acostarnos tarde (hasta conseguimos el último metro para volver a casa), si no de la cantidad de alcohol que nos remató. Y tal vez un poco de la clase de kung-fu del sábado por encima. Y de correr directamente a comer con Tommy, un chico sueco que conocimos por Internet cuando vivíamos en Madrid. El vive en Gotemburgo, haciendo estudios de traducción. Es maricón y habla español (menos mal porque nuestro conocimiento del sueco es muy escaso). Lo vimos unos días en Madrid hace 3 siglos, y el fin de pasado estuvo en París de guiri con compañeros suyos (ahora trabaja en Bruselas).

Luego a casa para una siestita, para recomponernos antes de salir por la noche con los alumnos del kung-fu en una discoteca sobre un barco, cerca de la Grande Bibliothèque. Pues veréis, la siestita duró un poco (sin comentarios… ¡también dormimos!) y cuando despertamos, estábamos sencillamente muertos y con un frío que te cagas fuera. Así que la discoteca se convirtió en una cena tranquilita en casa con Vassilis (él también muy cansado, lleva una vida muy… activa últimamente) y luego derrumbo. Agujero negro en el espacio intersideral hasta tardísimo el domingo. Y nada, sin hacer nada de todo el día, sólo arrastrarse de la habitación al comedor y vice-versa. Hasta salir otra vez para la cena griega (¡otra!) en casa de Vassilis (¡otra vez!).

Anoche nada, descanso.

Puntos provechosos del fin de: 2 películas. “Little Miss Sunshine” para reflexionar sobre la absurdez de la vida (de eso hablaré seguro en el blog francés, que aquí no cabe) y “The Illusionist” para pasar un (buen) rato.

jueves, enero 25, 2007

Oferta promocional

Realmente, más conozco a nuestros amigos griegos (Vassilis y ahora Anastasia, una nueva compañera), y más aprendo a valorar su forma de humor, que es particular al principio, y nunca le vees la gracia a lo que te cuentan (a parte del hecho que se están medio muriendo de risa contándote ese chiste que tú al final, no vees de qué se trata). Pero ahora que les estoy pillando el sentido del humor, me engancho! Ah, y también a la musaka de Vassilis, que esta vez fue un éxitazo (y una bomba calórica).

Hablando de bombas calóricas, el martes vinieron a cenar a casa 2 otras compañeras que además son vecinas del barrio, con sus respectivos novios, y entre todos nos traeron una caja de trufas artisanales (chocolate negro solo, con gengibre, con vanilla, con ron, con café...) de la pastelería de al lado de casa. Hace tiempo que me había llamado la atención por lo bonitos y diseño que son los pasteles (y los precios también...) pero parece que son muy sabrosos también. Intento calcular cuántos días de comer yogures light para permitirse un pastel así...

¿Y finalmente a qué venía el título de este post? A que ayer salió en Le Monde un artículo sobre algunos restaurantes madrileños. La versión fancesa está aquí, y para los que necesitan, pongo la (mi) traducción al español a continuación. Me gustó mucho la manera que tienen de describir a los madrileños working girls...

Madrid es una ciudad agotadora. Un tráfico absurdo, obras en cada esquina, bocinas y martillos neumáticos, y también los negocios con el resto de Europa, poblado de gente que no parece tener palabra en su lengua para designar la siesta. Madrid, por lo tanto, siempre le mata, pero le ofrece también hoy los medios para sobrevivir: tres restaurantes inusuales para gastrónomos cansados.

El primero se sitúa en el muy elegante barrio de Salamanca. Se llama el “Relajarium” y, más que un restaurante, es sobre todo un centro refinado, y elegante de relajación y de puesta en forma. Su director, Gabriel Arteche Gual, propone a los ejecutivos estresados del barrio una fórmula inédita: un almuerzo ligero, un masaje de un cuarto de hora y 25 minutos de siesta. No hay alta gastronomía al Relajarium, pero honestas ensaladas compuestas, una sopa del día, canapés, postres artesanales (natas, flanes, arroz con leche) y frutas. Lo necesario para recomponer al Madrileño de rodillas.

El lugar es un club zen y lujoso que ofrece a sus clientes masajes, un gimnasio, una sala de yoga, una estación de oxigenación y formidables “flotarium”, cuencas individuales llenas de una solución de 600 litros de agua caliente y de 300 kg de sales en las cuales se flota como en el Mar Muerto. Si tiene prisa, se puede almorzar en el salón de té del Relajarium, recibir un masaje y luego dormirse en una sala de descanso. Para eso, no se precisa ser miembro del club, ni gastar una fortuna. La moderada suma de 30 euros basta.

A veces el Madrileño, víctima de una videoconferencia con la filial de Frankfurt o la visita inesperada de un cliente noruego, incluso no tiene la libertad de almorzar a sus horas favoritas (nunca antes de 14 ó 15 horas) y aún de adormecerse para una tranquila digestión mientras Wall Street se despierta. Al final de este tipo de día, que se calificará aquí de “díafatal”, lo mejor es ir a cenar al Laydown, un restaurante situado no lejos de la Gran Vía. Allí se come tendido, como un Romano durante la decadencia del Imperio.

El Laydown, dirigido por un joven simpático, Pépé Fernández, es un lugar encantador, de tonalidades blancas ahogadas en una suave penumbra. Puede reunir más de un centenar de comensales que se quitan los zapatos, alcachofados sobre cojines, deliciosos arroces y pinchos de salmón. Pequeñas mesas, sobre las camas, permiten colocar los platos, los vasos de vino y una vela. Un DJ garantiza un ambiente lounge de buena calidad, y sobre las paredes blancas se proyectan imágenes mudas de ballets que dan al lugar una atmósfera mágica. La cena, sin las bebidas, cuesta 30 euros por persona los domingos y lunes, y 40 euros las otras noches.

Con todas estas historias de siesta, masajes, orgías romanas, reconocerán que se siente lleno de amor. Ningún problema: el Almeja Picante, muy cerca de Santa Ana, es el restaurante erótico que necesita. Aquí no hay descanso, pero sí relajación. El lugar es minúsculo y eminentemente simpático. El ambiente, para decir la verdad, es divertido más que erótico, más picaresco que excitante, gracias al humor y a la labia del anfitrión travestido que responde al nombre de Oneill. Pasando de la soprano al barítono, implica sus clientes – gente joven de juerga, familias chuscas, jóvenes novios y sus amigos para una despedida de soltero - en juegos un poco pícaros pero bastante inocentes. Todo el mundo se divierte, todo es agradable y de buen rollo, y el ambiente es muy español. Si su castellano está un poco oxidado, algunos chistes verdes se le escaparán seguramente, pero se divertirá a pesar de todo. La cena no es inolvidable, la repostería fálica con mucha nata y la cuenta un poco más alta que lo previsto si vuelve a pedir más bebidas. Cuentan con alrededor de 50 euros por persona, justificados más por el ambiente que por la gastronomía.

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Relajarium, 32, Calzo Claudio-Coello. Lunes a sábado de las 10 a las 22. Telf.: (0034) 915-776-588.
Laydown, 9, Plaza de los Mostenses. Abierto todas las noches. Telf.: (0034) 915-487-937.
La Almeja Picante, 11, Ventura de la Vega. Abierto jueves, viernes, sábado por la noche y vísperas de fiestas. Telf.: (0034) 913-691-816.

lunes, enero 22, 2007

Vida social

Como Alaska, llevamos una gran vida social. Desde el jueves pasado y hasta mañana, tenemos una cena/comida/aperitivo apuntado como mínimo. Hay que aprovechar estas fases, siempre tendremos tiempo para descansar luego.

El jueves empezamos por la (ahora) tradicional sopa vietnamita (“phô”) después de la clase de Kung-Fu, con ciertos alumnos y el profe. Momento cotilleo, el profe ya no es soltero, sale con una de las alumnas. No fue gran sorpresa para mí, hacía semanas que había notado la atención especial que le prestaba.

El viernes por la noche, cena en casa con la muestra más divertida de mis compañeros, a los cuales añadimos a Vassilis. Resultado: 1 francesa (quien vivió en España), 2 griegos, 1 rusa y 1 inglés/sueco, que además salen juntos. La francesa, que pasó 3 semanas de vacaciones en México hace poco, ¡nos trajo una botella de tequila añejo del pueblo de Tequila! Nos sirvió de gasolina durante toda la cena (mientras los norteños utilizaban cerveza, y los griego vino). Fue impresionante, me sentía super eufórico pero sin los aspectos malos de la borrachera. Los aspectos positivos sí: acabamos durante el postre con Robin explicando con todo lujo de detalles técnicos como provocar un orgasmo a un chico tocándole la próstata con un dedo (u otra cosa) en el culo. El inglés estaba muy entusiasta y cuando se fueron, estaba comentando a su novia rusa que tenían absolutamente que volver a casa ya para poder probar las nuevas técnicas de Robin, jajaja.

El día siguiente, sí que sentimos los aspectos negativos del abuso de alcohol, pero nada que no aclarase una buena clase de Kung-Fu (que dimos otra vez nosotros, el profe acompañando a una alumna que participaba a la copa de Francia, por cierto ella acabó medalla de bronce, lo que no está nada mal).

El sábado por la noche, vinieron a cenar a casa Fanou y su novio. Para los que conocieron a Davi, Fanou es nuestro David francés :-) Para los que no, pues Fanou es un chico con quien vivimos los tres juntos durante casi un año, antes de mudarnos a España. Seguimos amigos y de vez en cuando lo vemos a él y a su novio quien, según corre la leyenda, es un hetero quien se enamoró de él, y viven juntos desde hace 3 años, pero no está interesado por ningún otro hombre a parte de él. No sé si creérmelo o no, tampoco le he puesto la mano en el pantalón para comprobar si le surtía efecto.

El domingo vinieron a comer la madre de Robin y su marido. Robin pasó varias horas preparando él mismo un phô, que resultó el mejor que he comido jamás. Mi nene es realmente estupendo.

Por la noche, salimos por el Marais a tomar cervezas con JL, nuestro amigo azafato, y Willy, su amigo madrileño que conocimos cuando hizo un práctica lingüística en París el año pasado.

Y los planes futuros son esta noche, después de correr en los Buttes-Chaumont, una cena griega en casa de Vassilis, y mañana vienen otra muestra de mis compañeros. Esta vez el tema ya no será “los jóvenes borrachos” pero “los que viven cerca de casa”.

¡Duerme cuando mueras!

martes, enero 16, 2007

Muy natural todo

En manera de respuesta al post de Rani sobre la simplexity, quería mencionar algunos ejemplos de este fenómeno que me han impactado recientemente. Gracias Rani por haberme proporcionado el nombre de este concepto que no conseguía etiquetar.

Primer ejemplo, anoche vimos una peli malísima: The Covenant. La historia es completamente estúpida así que ni siquiera os la cuento. Nos pareció que único motivo del director era que saliera el mayor número de veces posible, y en situaciones más morbosas las unas que las otras, el protagonista principal: Steven Strait. Además de ser absolutamente guapísimo con una cara de angel, tiene un cuerpazo que luce muy poco vestido en varias situaciones: con una camiseta sin manga, en bañador (porque por supuesto es campeón de natación de su instituto), luego bajo las duchas con sus amiguitos y finalmente teniendo una pesadilla en su cama, sin camiseta, despertándose de repente y quitándose el sudor de los abdominales con el mismísimo gesto que hiciera si quisiera quitarse un chorro de semen… Pues el tío te lo presentan durante toda la peli como si fuera lo más normal del mundo, lo más común. Si tiene este precioso corte de pelo que tanto resalta su cara, no es porque ha pasado 2 horas entre las manos de un peluquero profesional, nooooo, sólo se ha pasado la mano en el cabello al salir de la cama. Y esta camiseta de color indeterminado, es la más barata que su madre le compró de oferta en Alcampo, no una cuidadosamente escogida por un profesional entre los más caros modelos de Calvin Klein o Aussie Bum. Y los protagonistas segundarios son casi todos iguales de buenos.

Me pregunto cómo se debe sentir un joven norteamericano realmente normal, es decir con 60% de probabilidad de ser obeso y pobre, cuando ve una peli así, que pretende que el mundo entero está repleto de nenes guapísimos y musculosos sin hacer muchos esfuerzos, delgados aunque coman McDonald’s, y por supuesto ricos. Sobre todo cuando esta peli no es más que una entre miles de otras parecidas que salen cada año.

Otro ejemplo, el viernes pasado fui al peluquero. Se trata de una peluquería especial, en el Marais. Su dueño es uno de nuestros más antiguos amigos: Robin lo conoció pocos meses antes que nos encontráramos y lo vimos mucho durante nuestros primeros años. Cuando no teníamos mucho dinero, íbamos a la peluquería donde trabajaba y nos cortaba el pelo gratis. Luego compró su propia peluquería en París y también otra en Los Ángeles. Es cuando empezamos a perdernos de vista, porque pasó cada vez más tiempo en California. Viene 10 días cada 4 meses a París a ver cómo va su peluquería, y no lo habíamos visto en 3 años. Pero como llevaba el pelo muy largo últimamente, no quería que un fulano me lo cortara así que cogí una cita con él y esperé. Hasta el viernes pasado. Os paso el reencuentro. Lo que es más importante es que ahora su principal actividad consiste en cortar el pelo de los modelos y actores para shoots de moda o para revistas. Y cuando quiso saber qué corte quería, le dije, como en los primeros años: “Haz lo que tú quieras.” Y entonces me hizo un corte como para un modelo. El resultado es raro, no es ni corte ni largo y parece que no me he peinado nada pero siempre cae a la perfección, y recibo miradas flamencas cuando andamos por Mariconlandia. Es exactamente el tipo de corte que pretendes que no tienes corte, y está super estudiado.

¿Me he vuelto simplejo?

Lo importante es que ponga a mi nene :-)

lunes, enero 15, 2007

Dieta sana

A nivel astrológico, el planeta mayor de nuestra pareja entró en la casa de la vaca, el fin de pasado. O del pollo industrial. O de la oca que crían para hacer foie. Fue un fin de bajo el signo de la comida y de la bebida. ¡El verdadero cuerno de abundancia!

El viernes hubo la cena en casa de esta pareja de gigantes, que hace varias semanas que nos preguntamos si no tienen algunas “ideas” a nuestro respecto. Pero es un poco difícil seguirles la corriente porque como es una pareja “joven” y que siempre han sido bastante moscas muertas (en el sentido mejicano), parece que ahora quisieran volverse moscas muertas (en el sentido español) pero no saben, tienen dudas, se lanzan al agua y hacen alusiones pesadas, y luego se echan por atrás y hacen como si nada. Como nosotros somos ahora ancianos y tenemos miedo a marearnos, los dejamos hacer su gymkhana sin inmutarnos ni pestañar, y esperaremos que se decidan o que nos cansemos.

Cuando nos invitaron, la semana pasada, precisaron (con mucha insistencia) que como viven en las afueras, podíamos quedarnos a dormir en su casa si se nos suponía un problema volver a casa después de la hora límite del metro. Sinceramente habría que boicotar a la gente del extrarradio… Pero bueno, valía la pena contemplar la vista que tienen desde su casa: por un lado (en la cocina) tienes toda La Défense con las torres iluminadas (de hecho, viven a las orillas del Sena, justo al lado de La Défense), y del otro lado (en el comedor) hay el Sena, la torre Eiffel y detrás la torre Montparnasse. Es bastante impresionante. Pero está en las afueras, entonces decreto que muy de mal gusto, jeje. Nos emborracharon con whisky añero y bourbon de Kentucky, y nosotros habíamos traído botellas de vino californiano que era casi un licor. Uno de los dos pasó toda la cena haciendo alusiones finísimas, como que el plato era un poco seco y que iba a echar nata en mi plato, luego que tenía yo una gota de nata en la boca y si me había gustado, etc. ¡Finísimo! Después de la cena, bien borrachos, nos tocó probar la Wii, juego de tennis y Rayman contra los conejos mutantes (muy divertido, realmente, aunque difícil de manejar con tanto alcohol en la sangre), y se veía el tío como muy entusiasta y luego el otro nos hizo el plan “estoy borracho y me duermo en el sofa”. Supongo que habíamos llegado al límite de lo que se atrevían a hacer por una primera vez. Así que volvimos a casa, gracias a un simpatiquísimo taxista que conseguimos encontrar después de 40 minutos dando círculos en este suburbio de mierda (¿ya os dije que no me gustan las afueras?)

El sábado a mediodía, hubo kung-fu, con el profe de vuelta de China, con nuevas técnicas muy interesantes, pero sobre todo con una forma tremenda y bien decidido a que nosotros recuperáramos de los excesos del fin de año. ¡Nos agotó! Pero nos encantó también, somos masoquistas, ¿qué le vamos a hacer?

El sábado noche, cena romántica en el restaurante chino del cual ya hablé en el post pasado, él de la macro sopa. Pues esta vez decidimos imitar a una pareja de chinos a nuestro lado y pedir más o menos la misma cosa. Nos explicaron que el restaurante hace cocina de Sichuan. Nos sonaba el nombre… pero ¿a qué? Cuando probamos los platos, nos acordamos bien rápido: ¡la especialidad de Sichuan es la pimienta! Todo era riquísimo pero el resultado era como echar fuego por la boca… En cantidades impresionantes: montañas de lava ardiendo en nuestros platos, bocas, esófagos y estómagos… Vuelta a casa para beber leche y apagar el fuego (bueno, otro tipo de fuego despertó también, pero como ya dije, la velada era romántica).

El domingo a mediodía, quedamos para comer con una ex compañera de trabajo. En el barrio chino. A comer vietnamita. También otro restaurante muy recomendable, también cantidades de comida muy poco razonables pero deliciosas. Y a continuación nos hundimos en los hipermercados chinos de la zona, en un frenesí de compras de productos más exóticos e inquietantes los unos que los otros.

Para acabar, anoche hicimos una cena en casa (con los productos comprados durante la tarde), para Vassilis y las Chicas, una pareja bollera que conocimos hace unos meses en el Marais. Me encantan porque son bastante locas y beben como camioneros. El ron y el tinto australiano fluyeron sin cesar y acabamos llorando de risa mirando episodios de “Le coeur a ses raisons”, una parodia de soap opera canadiense.

Creo que hoy, vamos a cenar coca-cola light e ir a correr… jejeje

viernes, enero 12, 2007

Valores estables

A veces no hay mucho que contar. Ocurrent periodos de calma y de tranquilidad, en que haces cenitas tranquilitas con los amigos, pero ni te emborrachas hasta ponerte ciego, ni haces locuras, ni acabas haciendo con tu cuerpo cosas prohibidas por la iglesia incluyendo a más de una persona más que tú. En estos periodos, o te aburres como una ostra, o aprovechas para disfrutar de los aspectos y valores básicos de tu vida.

Tal ha sido el caso para mí. En particular porque he pasado la semana enamorándome cada día más de mi nene. Nunca hubiera pensado que iba a ser así después de más de 12 años de vida común. Cuando era joven, hubiera dicho que no, que después de tanto tiempo uno se cansa de tener a su lado siempre la misma persona, siempre el mismo cuerpo sobre todo, que aunque los sentimientos estuvieran, el deseo iba a esfumarse. Pues ¡todo al contrario! Cada vez me apetece más acostarme con él, cada vez lo encuentro mejor amante, hasta cuando hacemos “cosas prohibidas por la iglesia incluyendo a más personas que nosotros”, cada vez lo encuentro más divertido y me da más ganas de envejecer juntos, de pasar toda la vida juntos, de acabar haciendo orgías de ancianos en geriátricos de lujos, pero siempre juntos.

Bueno. ¡Corten los violones!

A parte de eso, ayer nos tomamos el día libre, aprovechando que Robin tuviera 2 horas de prueba “psicotécnica” para el super trabajo que está intentando conseguir actualmente. El miércoles por la noche nos hicimos en una cena romántica en casa y luego vimos “El laberinto del Fauno” (en castellano por supuesto) que nos encantó (aunque tuvimos que ver “Happy Feet” a continuación para disipar la sensación de tristeza y mal rollo). Ayer nos fuimos de compras, aprovechando las rebajas que empezaron el miércoles, y probamos un restaurante chino muy recomendable justo en el centro. Increíble que se pueda comer tanto, tan bueno y tan barato en el mismísimo corazón turístico de París… Por la tarde tuvo lugar la prueba, y luego a finales de la tarde dimos la última clase de Kung-Fu antes que el profe regresara de China.

Esta tarde después del curro, tengo cita con un peluquero muy fash en el Marais, a ver qué hace con mi pelo… ¿Me lo corta, o sólo modifica el corte y me lo deja largo? Después probaremos si es un éxito o no, porque vamos a cenar en casa de una pareja muy linda, que me parece que hay tomate pero que se preguntan si realmente deberían dejarse llevar a hacer cosas prohibidas por la iglesia incluyendo a más personas que ellos…

Continuará…

lunes, enero 08, 2007

Navidad (bis)

He oído decir que cuando las mujeres viven o trabajan en grupo, muy a menudo, sus ciclos ovularos se sincronizan y acaban teniendo todas la regla al mismo tiempo. Debe ser lo que está ocurriendo últimamente con muchas chicas que conocemos, pero no se conocen ni trabajan ni viven juntas. El único punto en común que les veo somos nosotros, lo que me parece bien raro. ¡Ayer recibí un SMS anunciando la 5ª amiga que acaba de dar a luz en 4 semanas! ¿Por qué tantos partos en esta época? ¿Qué paso a finales de abril/principios de mayo? ¿Echaron Viagra en la red de agua tanto en Francia, como en España y en Italia? Es algo que se debería investigar, creo… El buen aspecto del asunto (porque los malos aspectos son fáciles de enumerar: emisión de llantos estridentes y olores nauseabundos, padres con ojeras negras y nervios cosquillosos por falta de sueño, sin hablar de la superpoblación mundial por supuesto) es que podemos esperar que estas criaturas, dentro de 20 años, trabajen para pagar nuestras jubilaciones… ¿Aún creo en el Papa Noel?

A parte de estos pensamientos profundos, el fin de fue bastante tranquilo. El viernes, una cena en un restaurante chino con un ex compañero de trabajo, y una amiga del kung-fu. Yo tenía más o menos el propósito de hacer de celestina, pero descubrí que la chica ya tiene novio, además que ella y mi ex compañero parece que no se aguantaron. ¡Qué vergüenza!

El sábado dimos la clase de kung-fu, y por la noche una cena en casa, con otra amiga del kung-fu y su novio, Vassilis y el más viejo de los holandeses a quienes se folla de vez en cuando. Ni cuento el holandés, que si Vassilis hubiera decidido venir con una planta verde o un osito de peluche, hubiera resultado la misma cantidad de interacción. Pero la cena bastante divertida. Sobre todo cuando seguimos explicándole como se liga en el ambiente francés, y que él nos explicó que había puesto a ejecución nuestras teorías en su gimnasio y con mucho éxito (resumen de nuestra teoría: anda como si tuvieras un par de aguacates en el pantalón).

El domingo, por segunda vez no pudimos ver “The Fountain” en el cine porque todos los billetes se habían vendido 1 hora antes de la sesión. Plan de recambio: té en casa de Cyril. Muy divertido. Y a continuación cena en casa de la madre de Robin. Le regalé un libro para los Reyes, el más divertido que me he leído desde hace meses. Lo descubrí leyendo el blog de su autor. Los editores también lo descubrieron así: les gustó tanto el blog que le propusieron hacer un libro con sus posts. ¡Y ahora se está cociendo una serie para la tele!

Entonces, habéis entendido que si queréis haceros famosos, ¡tenéis que seguir actualizando!

miércoles, enero 03, 2007

De vuelta

¡Ya estamos de vuelta! Después de casi 15 días sin dar noticias, después del maratón navideño, después de habernos cogido una semana de vacaciones para poder disfrutar del nuevo piso como Dios manda, de haber comido como cerdos y bebido como guiris ingleses de fiesta en el Gótico de Barcelona. Ya estamos para dar señales de vida.

¿Qué contar que no sepáis ya (o adivináis)? Claro que salimos mucho, y sobre todo por el Marais (después de un año sin poner el pie por Mariconlandia, estamos a punto de pasarnos en el sentido contrario… Como nos dijo un amigo hace pocos días: “Lo divertido es que sois ciclotímicos a dos”), tanto que ahora hay camareros en ciertos bares que nos saludan cuando entramos, y eso en París es difícil de conseguir, sobre todo cuando no te has acostado (todavía). Por supuesto que bebimos más que lo razonable. Pero es que ahora los bares del Marais están en un círculo virtuoso de alargar cada vez más la duración de la “hora feliz”, y en la fiesta de Nochevieja que hicimos en casa, la cerveza, el vino y el champagne formaban ríos. Por supuesto que encontramos a un guiri simpatiquísimo (mediterráneo pero no español) que pasó una noche con nosotros antes de regresar a su país. Y por supuesto que comimos como cerdos pero imaginaros: en 10 días tuvimos que enfrentarnos a mi cumple el 23, la cena de Nochebuena el 24, la comida de Navidad el 25, el cumple de Robin el 30, la cena de Nochevieja el 31 y la cena de remate el 1… Menos mal que vuelven las clases de kung-fu este jueves… jeje

Cosas notables así que me pasan por la cabeza.

Un milagro navideño. Me fui a pasar 3 días a casa de mis padres (mientras Robin los pasaba con su familia en casa de sus abuelos) y me esperaba lo peor, dado los eventos de la última vez (que sólo conté en el blog francés, para despitaros e incrementar el nivel de suspense de este blog…) Pero bien al contrario, no sé, parece que funcionan realmente el pensamiento positivo y el Reiki, porque ambos fueron encantadores. Estuvieron de acuerdo para todo. Me llevaron a un restaurante muy guay, me regalaron un pastón, no dijeron ninguna tontería especialmente horrorosa, no me obligaron a ver ningún programa de tele basura, y hasta lo más sorprendente, me explicaron que proyectan dentro de unos años moverse a Tours, la capital de su provincia, lo que incrementará drásticamente el interés de ir a visitarlos porque en Tours sí que hay vida de verdad.

Una fantasía. Finalmente montamos esta noche temática del Señor de los Anillos, de la cual hablábamos desde hace un par de meses con Christophe y Lancelot, los nenes del kung-fu. Conclusión: la versión larga es realmente muy larga, demasiada: 3 + 3,5 + 4 = 10,5 horas de película, y aunque sea mítica, no pudimos con ella. Al final de la última peli, sólo Christophe seguía más o menos en pie, el resto estando vencido por el sueño y el exceso de cerveza y de comida basura.

Si no te gusta, no disgustes a los demás. Durante Nochevieja, uno de los invitados era el profe de Yoga del vecindario. Finalmente no nos gusta físicamente y además cuando ha bebido es bastante loca mala. Pero gustó bastante a otro invitado que está en proceso de ponérselo en la cama (seguimos el desarrollo paso a paso por SMS desde ayer…)

Clases de ligoteo. Robin imparte clases de ligoteo a Vassilis. ¿Nunca habéis notado como los códigos implícitos cambian de un país al otro? Pues eso, que decidimos que no podíamos dejar a nuestro griego preferido sin las herramientas básicas para ligar a las mariconas gabachas. Las clases incluyen una parte teórica (durante el aperitivo) y luego aplicaciones prácticas: cómo ligar en un restaurante, cómo ligar en un bar, cómo ligar en la calle… Y funciona muy bien. Además Vassilis es muy buen alumno.

Éxito. Rapé el cabello a Robin cuando volvió de sus 3 días en la familia. Desde entonces tiene un exitazo impresionante en Mariconlandia. No sé si es porque se lo rapé mejor que de costumbre (¿pero cómo?) pero hasta los camareros más cretinos-altivos lo ligan abiertamente y descaradamente. Creo que tengo un marido muy guapo, me siento muy orgulloso. Bueno, celoso y envidioso también. Por lo cual tomé cita en una peluquería muy fash para el fin de que viene, a ver cómo me sale ;-)

¡¡¡¡Feliz año nuevo a todos!!!!