Esplendor y miseria de las cortesanas
No soy ningún especialista del género, y no podría realizar un estudio diacrónico del fenómeno. Mi humilde opinión es que empezó con las pelis americanas de los 90, tipo Falcon, llenas de tipos caraculos padeciendo dismorfía muscular con los músculos llenos hasta reventar de agua y substancias anabolizantes, que luchan contra una profunda desmotivación para conseguir empalmarse lo suficiente para darse por el culo. El proceso de remotivación incluye sistemáticamente una fase llamada (por servidor) de “tap-tap”, por el ruido que hacen dando golpecitos con su enorme (pero blanda) polla en varios lugares de sus compañeros de juego (el tap-tap en la cara parece que es lo más) o hasta, como pudimos ver una vez, en varios muebles del entorno. Cuando estén lo suficientemente (y es muy relativo) empalmados proceden a su oficio (hacen tal cara de funcionarios yendo a abrir su ventanilla…), entran, y te das cuentas que varias veces durante el trocito de tiempo que dura la cosa, hay varios cortes porque obviamente, se les cae la mayonesa y tienen que hacer una pausa para volver a ponérsela dura.
Bueno, esto más o menos puedo llegar a entender. Poniéndome en los zapatos de los actores por supuesto. Son todos más feos que la leche, tienen cuerpos ridículos y el mismo poder de expresión facial que un cadáver botoxado. Además, seguro que hacen una peli tras otra y que acaban estando hasta el culo (jeje) de hace guarradas con sus camaradas. Los que no entiendo, son los clientes que compran estas pelis. Es como comprar (caro) un documental sobre los elefantes de mar intentando copular. En fin…
Pero lo peor son las nuevas tendencias actuales. Las de “pagamos caro a unos heteros y aceptan hacer cosas delante de la cámara”. Mejores ejemplos: Corbin Fisher en EEUU, y Jean-Noël René-Clair (JNRC) en Francia.
Las de Corbin Fisher son siempre en plan: os presento a X y Y, estudiantes (o humildes trabajadores de WallMart), completamente heteros, y hacemos una subasta para saber a partir de cuánta pasta están de acuerdo para follar, y para hacer qué. Cada vez, y por precios ridículos, acaban por supuesto dándose por el culo.
Primero, me parece increíble que un hetero acepte chupar o que le den por tan poco dinero (alrededor de 100 dólares como promedio).
Luego, siendo heteros, se besan mucho mucho, me parece.
Y finalmente, no parecen muy motivados. De hecho, muchos de ellos tienen serios problemas para empalmarse. Hay algunos que sí, y que hasta se corren mientas les dan, pero estos, creo que son maricones de toda manera.
La verdad es que no entiendo muy bien. En estas pelis, los tíos parecen bastante de acuerdo, se ríen en plan muy camaradas, se chupan, se laman el culo, se dan por el culo (cuando consiguen empalmarse) y sin embargo casi no se empalman. Yo, ni por 100€ me acostaría con una chica delante de una cámara, y no estaría muy de acuerdo para que apareciese en una peli que demuestra que no consigo empalmarme y que miles de personas me vean en una situación tan ridícula.
La otra tendencia aún más increíble, son las pelis de JNRC. Empezó haciendo pelis en que iba a ver bomberos de París, o futbolistas, o rubgbymen, o militares, y los pagaba para que se hicieran una paja. Primero es muy aburrido a mi gusto. Luego se ve que los tíos muy a menudo tienen que fijarse mucho en una pantalla al lado echando una peli X hetero. Tardan en correrse los pobres, se sacudan el pitillo, se empalman, se desempalman, sudan… Da pena. Pero luego JNRC pasó a un nivel superior. Se fue a los países del este, donde realmente necesitan pasta, encuentra jóvenes tíos, muy a menudo con cuerpos de dioses y muy guapotes de caras y les propone dejarse chupar por un maricón, o darle por el culo. ¡Y realmente es una miseria! Pollas blandas, miradas de pánico, gestos de asco, idas y vueltas interminables para follar a la marica (suele ser bien fea), el cuerpo cubierto de sudor, como cuando uno se esfuerza mucho en un ejercicio físico desagradable. Y por supuesto, casi siempre sin condón.
Qué pena que nos excitemos mirando a estos pobres tíos en pleno desamparo, intentando hacer lo que puedan para conseguir un poco de pasta (¿para su familia?), un espectáculo de humillación total. ¿Da morbo?
Y finalmente lo último: las más recientes pelis de JNRC (tipo “Irresistibles”). Todos los protagonistas son claramente maricones. Son todos jóvenes (20 añitos a primera vista) y guapos como angelitos (más guapos que los de “Bel ami”), con cuerpazos y pollas de leñadores canadienses. Y cuando follan, pues la misma cosa. Tardan horas en empalmarse. Parecen motivados una mierda. Se la ablanda en plena acción. Y sobre todo, punto común a todas estas pelis (desde los años 90): ¡el pasivo nunca se empalma!
Pues yo digo no, ¡basta ya! Dadnos pelis en que los tíos sean más normalitos pero ¡qué se vea que tienen ganas de follar! Que se empalmen, que se corran mientas se follan, que el pasivo se empalme, etc.
Menos mal que haya algunas así todavía: las de Cadinot. Además de tener un guíon de verdad con una historia, se ve que los actores disfrutan. Las más recientes en Marruecos son muy divertidas, los jóvenes árabes son guapísimos y hay algún que otro que no puede aguantarse y se corre antes de la hora. ¡Muy realista!
Ahhhhh… el refinamiento, la clase francesa… ¡Champagne! Jajajaja